El “cártel de los jubilados” y la democratización de las Universidades Públicas y escuelas del PRI

El ex gobernador priista, Jesús Aguilar Padilla, confesó que él forma parte de un grupo de ciudadanos invitados por el gobernador Quirino Ordaz Coppel para fundar “una agrupación que gestione recursos para la Universidad Autónoma de Occidente, para darle impulso sobretodo en la parte de la infraestructura física que tiene un gran déficit”.

¿Y qué tiene que ver la “agrupación gestora” de recursos con la impartición de cátedra? Nada. Pero es el pretexto: es que “estando en esa dinámica” –volvió a confesar Aguilar Padilla -“el responsable aquí del área Culiacán (Campus o Unidad), que es compañero mío y amigo de toda la vida, Isidro -(José Isidro Osuna López)- platicamos y estamos aquí, estoy impartiendo clases”.

Así de sencillo, el ex gobernador del PRI es ya “maestro” de Historia en la licenciatura de Administración  Pública y Gobierno en el campus Culiacán de la Universidad Autónoma de Occidente.

La rectora de la UAdeO, Sylvia Paz Díaz Camacho, quien se jugó su destino político-universitario en el 2010 al incorporarse a la campaña del priista Jesús Vizcarra Calderón y en el 2016 al lado de Quirino Ordaz Coppel aplaudió la llegada de su compañero de partido, el PRI:  

   La verdad, el hecho de que el Licenciado Aguilar Padilla haya decidido acercarse a esta institución y ofrecer de manera incondicional su experiencia, sus conocimientos a nuestros jóvenes, pues es algo que la verdad nos llenó de alegría.

La mutación del ex gobernador priista a la UAdeO en “maestro” de Historia y “gestor de recursos” obligadamente reanimó el debate sobre el nombramiento de rectores y directores en las universidades de Sinaloa por sus “extrañas” y tendencias políticas y por su entorno social, en un escenario en el que un grupúsculo de jubilados, que se autoproclamn “democratizadores” de la Universidad Pública, agitan y usan a los estudiantes en un proceso sistemático de desestabilización de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Una acotación pertinente: los ex empleados de la UAS, identificados como el “cártel de los jubilados”, han dado sobradas muestras de su “ideología” oportunista en los procesos electorales estatales: En el 2010, en Culiacán vistieron ropaje del PAN-PRD-Convergencia, apoyando la campaña de Mario López Valdez, y en los otros 17 los municipios se colgaron la camiseta del PRI-PVEM-Panal, respaldando a Jesús Vizcarra Calderón. En el 2016, apoyaron al candidato del PRI, Quirino Ordaz Coppel.

En el 2018, en la campaña presidencial, se dividieron: una facción del  “cártel de los jubilados” que ha intentado tomar por asalto en Culiacán el Partido de Regeneración Nacional (Morena), desafió al hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y el otra arrimó al mismo tiempo sus sardinas a los fogones del PRI y Morena.   

El “cartel de los jubilados”, integrado por no más de 20 ex empleados de la UAS, pretende, desde el exterior, sin el consenso del Consejo Universitario, romper con el modelo de selección de rector y directores de la UAS, el cual le ha permitido al alma mater conservar su estabilidad laborar y académica y alcanzar el nivel de Universidad de excelencia reconocida a nivel nacional e internacional.

A quienes intentan generar caos en la UAS no les gusta el sistema de selección de rector y directores, ajustado a un modelo de avanzada, incluyente, con representación de alumnos y maestros, directores, sindicatos y autoridades, en un Consejo Universitario, con más de 240 integrantes, que deliberan y toman las decisiones de la institución de enseñanza superior.

En cambio, guardan silencio, no critican ni se oponen las formas de selección de autoridades en la Universidad Autónoma de Occidente, Universidad Pedagógica de Sinaloa, los Tecnológicos, el Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Publica, la Universidad Autónoma Indígena de Sinaloa (en constante pugna interna), el Centro de Actualización del Magisterio, las Escuelas Normales, el Conalep y el Cobaes.

El método que priva en la elección de autoridades de estas nueve instituciones es el unipersonales, totalmente antidemocrático desde el punto vista universitario.

Otra acotación pertinente: la defensa de los procedimientos, basados en la asignación directa del gobernador de rectores y directores respaldados en juntas de gobierno o directivas, enfatiza el carácter autoritario, secreto y sujeto a presiones de grupos de poder externos e internos en el nombramiento de autoridades.

El sistema de asignación de rectores y directores en las Universidades “de gobierno” refrenda la continuidad de los grupos dominantes y la subordinación de las juntas al Ejecutivo Estatal y fertiliza el campo de la participación de académicos y administrativos, de alumnos, en tareas electorales del PRI.     

Pero al “cártel de los jubilados” no le interesa el control extremo del PRI de estas universidades, pese a que desde el punto de vista de analistas serios, profesionales, que no tienen el ánimo de agitar sino de aportar, se resalta la importancia y la necesidad de la participación democrática en estas instituciones no sólo para academizar y enriquecer las políticas universitarias, sino para favorecer la construcción de consensos en la toma de decisiones.

Se destaca la urgencia de que en estas universidades-PRI se adopte un modelo parecido o igual, de avanzada, que el de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en cuyo consejo figuran directores, académicos, estudiantes, trabajadores administrativos y autoridades.

Las formas de gobierno de la Universidad Autónoma de Sinaloa está asociado a una mayor calidad en el desempeño de actividades de formación de profesionistas, de investigación y de extensión; a niveles más altos de reconocimiento internacional; a la empleabilidad de los egresados universitarios; a la circulación internacional de publicaciones académicas; incluso, a una mayor estabilidad institucional.

Los tipos de nombramiento de autoridades existentes en la Universidad Autónoma de Occidente, Universidad Pedagógica Nacional (UPN), los Tecnológicos, el Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Publica, la Universidad Autónoma Indígena de Sinaloa, el Centro de Actualización del Magisterio, las Escuelas Normales, Conalep y Cobaes, están asociadas a las estructuras que caracterizan al sistema político priista de control férreo.

Los mecanismos de elección de autoridades en estas nueve universidades presentan graves problemas de atraso respecto a prácticas sociales democráticas y falta de idoneidad para las condiciones actuales de las instituciones.

No cabe duda que es necesario un gran esfuerzo de discusión y de elaboración de alternativas para transformar los mecanismos de elección de rectores y de  directores en estas nueve instituciones que permitan superar rezagos y desviaciones, y que generen condiciones para establecer nuevas estructuras transparentes, representativas y democráticas para adecuar su organización política a su propia actualidad, así como a las condiciones académicas, sociales y políticas vigentes.

La participación de los universitarios en los foros para delinear el Plan Universitario de Austeridad y  Optimización/Cobertura con Calidad e Inclusión, refrenda la viabilidad del modelo de conducción de la UAS, nacido del ímpetu de su comunidad académica y administrativa que ya estaba cansada del viejo modelo de la elección de mano alzada, de la elección permanente, que por el peso de sus vicios había sumido en el descrédito a la máxima casa de estudios.

Los universitarios en activo desarmaron la “vieja jaula” de corrupción que tenía cautiva al águila rosalina y la cambiaron por un modelo de avanzada; taparon ese calabozo que la mantenía secuestrado por las  ambiciones de todo tipo de universitarios que ya se jubilaron y que desde afuera pretenden “reventar” a la UAS para volver a convertirla en coto de sus particulares intereses, deshaciéndose en declaraciones e “iniciativas” para confundir a los sinaloenses.

Es así que bajo la mirada de la Secretaría de Educación Pública y la Comisión de Educación de las Cámaras de Diputados y Senadores, la UAS tiene una magnifica imagen y es probable que con el Poder Presidencial en manos de Andrés Manuel López Obrador se animen a abrir a la consulta en lo laboral, administrativo, normatividad, finanzas e impacto académico y social, a la UAdO, el Tec, la Universidad Pedagógica, el Instituto Estatal de Ciencias Penales y Seguridad Publica, la Universidad Autónoma Indígena de Sinaloa, el Centro de Actualización del Magisterio, las Escuelas Normales, el Conalep y el Cobaes.

Deben hacerlo bien, descartando de antemano la simulación en estas universidades y escuelas, para convencer a los de adentro y a los de afuera  ¿Y el cártel de los jubilados?  Seguramente alegre de que el ex gobernador del PRI, Jesús Aguilar Padilla, se haya convertido en «catedrático» de la UAdO, al fin y al cabo, ya tiene a su yerno, Sergio Mario Arredondo Salas, despachando como director del Cobaes…

Conclusión: las Universidades y escuelas públicas del PRI no entran en los planes “democratizadores” del “cártel de los jubilados”? Y la pregunta es ¿Por qué no?