El censo, o la política de desaparecer a los desaparecidos

Rubén Martín

Tal como habían anticipado las familias organizadas que buscan a sus desaparecidos, el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó los resultados del mal llamado “censo”, rasurando las cifras que contenía el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Lo hizo en la conferencia de prensa mañanera el pasado jueves acompañado de otros funcionarios como el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres y la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde.

Según el Gobierno de López Obrador ya se localizaron a 16 mil 681 personas y se identificó a 17 mil 843 más, que suman 34 mil 524 casos y equivalen a 31.11 por ciento del total de denuncias que el RNPDNO mantenía hasta el pasado 22 de agosto: 110 mil 964. De este modo, en siete meses de trabajo del “censo”, el jueves se anuncia de modo terminante que para el Gobierno ya no están desaparecidos o ilocalizables 34 mil 524 personas.

El antecedente del evento del jueves es que el Presidente anunció a fines de julio que se estaba llevando a cabo un “censo” para saber exactamente cuantas personas desaparecidas había en el país, porque estaba convencido que no eran, ni de lejos, la cifra de más de 113 mil personas ausentes que reportaba el registro nacional.

En semanas anteriores a ese anuncio, varias personas que han denunciado la desaparición de un familiar, reportaron que estaban recibiendo llamadas o visitas de los Servidores de la Nación para preguntarles si ya había localizado a su ser querido, pues de acuerdo a sus registros, el ausente mostraba “indicios de vida” en alguna base de datos oficial, como el INE, en los programas sociales o de vacunación. Desde entonces los colectivos cuestionaron el modo y la legalidad de estas llamadas y visitas. El modo, porque los revictimizaban asegurando que su ser desaparecido no lo estaba; y la legalidad, porque los funcionarios que participaron en esas diligencias, Servidores de la Nación, no tenían facultades legales para participar en tareas de búsquedas e investigaciones, que corresponden a fiscalías y comisiones de búsqueda.

Un mes después de que el Presidente informó sobre el “censo”, Karla Quintana renunció a la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) al coincidir con las familias de que el propósito del esta estrategia de búsquedas era rasurar el RNPDNO. Tras esto, el Presidente la descalificó en una mañanera al juzgarla como una funcionaria de los “conservadores” incrustada en su Gobierno.

Es en este contexto que se esperaban los resultados. En la mañanera del jueves pasado no se habló de un “censo”, sino de la presentación de resultados de la “Estrategia nacional de búsqueda generalizada”. A grandes rasgos, se confirmó que se uso como “metodología” el plan de búsqueda llevado a cabo por el Gobierno de la Ciudad de México desde septiembre del año pasado, de ahí la participación del Jefe de Gobierno, Martí Batres.

A escala federal se implementó esta estrategia a partir de mayo, según informó la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, que consistió en confrontar los casos reportados al RNPDNO (110,964) con registros administrativos del gobierno, como IMSS, INE, programas sociales, de vacunación, SEP y el SAT. Con ello se hicieron 895 millones de consultas para cruces de información. Tras ello, el siguiente paso fueron las visitas domiciliarias. Según el gobierno federal, se hizo en todo el país, pero al menos cuatro comisiones estatales de búsqueda (Jalisco, Michoacán, Sonora y Quintana Roo) informaron que no tuvieron conocimiento de estas visitas.

Con estos pasos se llegó a los resultados presentados el jueves en la mañanera: 16 mil 681 desaparecidos localizados; 17 mil 843 personas “ubicadas; en 26 mil 090 casos no existen datos suficientes para identificación y en 36 mil 022 “no hay indicios para la búsqueda”, y apenas se reconocieron 12 mil 377 “confirmaciones de desaparición”, que representa 11.15 por ciento del total.

Estos resultados han dejado dudas, reclamos y hasta indignación en las familias que buscan a sus desaparecidos. Grace Fernández del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos dijo que la presentación de los resultados del “censo” le provocaron “indignación, enojo y preocupación”. La afirmación de que solo hay poco más de 12 mil desaparecidos “es una mentada de madre para las familias”, sostuvo indignada y concluyó que los datos ofrecidos el jueves por el presidente y sus funcionarios solo es la confirmación del pronóstico de que se quería rasurar el registro nacional, que por cierto fue elaborado y alimentado por este mismo Gobierno.

Un cuestionamiento central que hacen familias y expertos, es que los resultados del “censo” utiliza categorías no reconocidas por la ley como “sin identificar” o sin “indicios para identificar”, además de que no hay certeza ni transparencia en la metodología. Lo más grave es que ahora parecería que el Gobierno se abocará a buscar solo a 12 mil personas y no a los más de 110 mil desaparecidos que el RNPDNO consignaba cuando comenzó el “censo”.

Desde hace meses los representantes de los colectivos manifestaron su temor de que el “censo” se abocara a rasurar los casos contenidos en el RNPDNO por motivos políticos y electorales, y las cifras presentadas parecen darle la razón. De cara a las elecciones del próximo año, parecería que las altas cifras de desaparecidos en el país y en varios estados del país incomodaban y eran una piedra en el zapato del gobierno federal de Morena, pero también de gobiernos estatales de todos los colores, como el que encabeza Enrique Alfaro Ramírez en Jalisco por Movimiento Ciudadano.

Más allá del objetivo electoral para reducir las cifras de desaparecidos, lo cierto es que en esta estrategia parece relevante la obstinación personal del presidente de que su gobierno no podía contar con más desaparecidos que los presentados en el Gobierno del panista Felipe Calderón Hinojosa. Lo dijo de nuevo el jueves pasado en su conferencia mañanera: “ahora resulta que hay más desaparecidos en el gobierno de nosotros que en el de Felipe Calderón”, como si la cifra de los desaparecidos dependiera de la voluntad del gobernante en turno y no del contexto de violencia organizada que existe en el país y de las respuestas, adecuadas o no, del aparato del Estado ante este fenómeno.

La obstinación de López Obrador en este problema particular, el de no heredar más desaparecidos que en el gobierno de Calderón, aunado al uso político electoral de todos los partidos, dan como resultado el peor momento del sexenio en política contra la crisis por desaparición de personas que existe en México.

La postura de López Obrador al ordenar esta estrategia generalizada de búsquedas, sin el aval y el acompañamiento de los colectivos de familias organizadas, al final va a ser el pretexto perfecto para que desde los gobiernos estatales también se incentive a reducir las cifras o dejar de buscar a todos los desaparecidos, como ya ocurre en Jalisco, cuyo gobierno dejó de alimentar el RNPDNO desde marzo de 2022.

La estrategia impulsada por el Gobierno de López Obrador a partir de mayo pasado deja la crisis por desaparición de personas en su peor momento, pues ahora no se sabe con certeza cuantos desparecidos existen realmente. Los resultados del “censo” presentados el 14 de diciembre claramente dejan una cifra rasurada de al menos 34 mil 524 personas (31.11 por ciento del total) que según el Gobierno han sido localizadas o se encuentran ubicadas. Y luego deja en una especie de limbo a 62 mil 112 casos porque se afirma que no hay registros suficientes para identificar o indicios claros de estas desapariciones. Al final, el Gobierno de López Obrador sólo está reconociendo plenamente 12 mil 377 personas confirmadas como desaparecidas (11.15 por ciento del total).

Pero al mismo tiempo que presenta estas cifras, se subrayó que se dejaría vigente el RNPDNO y que no se borraría ningún registro. Entonces, ¿cuál es la cifra oficial de desaparecidos en México? ¿con cuáles y registros datos trabajaran las fiscalías (general y las estatales) y las comisiones de búsqueda?

Es tan grave lo que ha hecho el Gobierno federal en este caso, que seguramente las familias y las organizaciones que buscan a sus desaparecidos reaccionarán en la misma proporción. De hecho ya se han empezado a convocar manifestaciones para protestar por la política de desaparecer a los desaparecidos del Gobierno y se exigirá una rectificación a este despropósito de rasurar las cifras reales de las personas ausentes en el país. Se está convocando a una “Velada por la verdad” el 21 de diciembre a las 6 de la tarde en el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México, y a la misma hora en Saltillo y Torreón.

Lo único cierto es que los resultados del “censo” dejan más dudas e incertidumbre. ¿Cuántos desaparecidos hay en el país? No lo sabemos ahora con precisión, menos que nunca, pero sin duda son muchos más que los que reconoce el Gobierno de la Cuarta Transformación. Al final se confirmó lo que desde Palacio Nacional se niega: con la actual estrategia del Gobierno se está desapareciendo a los desaparecidos.