Rúben Rocha quiere “vender” la UAS

Nací en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Soy hijo de universitarios. Por años he participado en las luchas sindicales de la institución. Conozco sus entrañas. Me tocó subsistir en la vieja Universidad. Vivo ahora su transformación/modernización. He visto pasar por la Rectoría a personajes que son merecedores del reconocimiento de la comunidad universitaria, unos sí, los que son más, y unos, los menos, no, por haber incurrido en actos deleznables en perjuicio del alma mater.

Nadie me puede trazar un pasado y un presente de la UAS que no sea cierto; porque la vivo y la siento no me dejó engatusar ni caigo en las trampas electorales temporaleras. Repito: Vivo la transformación/modernización de nuestra máxima casa de estudios. Nadie que acceda a la inteligencia puede decir que la institución de educación superior vive una etapa de retroceso. No es casual que organismos nacionales e internacionales reconozcan los avances de la Universidad en los últimos años.

Los sinaloenses distinguen a la UAS al mandar a sus hijos a estudiar a las Preparatorias, Escuelas Superiores y Facultades.

Curiosamente los avances se han logrado durante la “ausencia” en la Universidad del grupúsculo que apadrina en cada elección por las alcaldías, diputaciones federales, senadurías y gobierno del estado, el ex rector Rubén Rocha Moya, quien a la luz de su historial uaseño y de su desempeño como funcionario estatal y federal ha dado sobradas muestras de deshonestidad.

Yo que nací y vivo en la UAS conozco el currículum negativo de Rubén Rocha como rector. Que no me vengan con cuentos: solapó la “grilla”, el desorden, alentó la coexistencia de “pandillas sindicales”, simuló impulsar la excelencia académica-administrativa al mismo tiempo que usó el andamiaje humano de la institución para abrazar sus proyectos personales -en dos ocasiones fue candidato fracasado de la “izquierda” al gobierno de Sinaloa-. A la UAS nunca le fue bien con los propósitos particulares de Rocha Moya. A él sí, le ha ido excelente, porque le han servido para contratarse o alquilarse con los gobiernos del PRI.

Hace 19 años que Rocha “se fue” teóricamente de la UAS. “Se fue” pero sigue cobrando como si trabajara. En sus 19 años de “abandono” universitario, Rubén Rocha siempre ha estado al lado del PRI alimentando las esperanzas que tienen los grupos caciquiles por tomar por asalto la Universidad, por plantar la semilla de su privatización. Esa es la lectura constate que en sus 19 años de priista ha mandado a la comunidad universitaria y a la sociedad sinaloense.

Del  1999 al 2018 Rubén Rocha Moya presta sus servicios a los gobiernos del PRI. Ora con los ex gobernadores Juan S. Millán y  Jesús Aguilar Padilla, ora con Florentino Castro, director del ISSSTE, ora con el mandatario Quirino Ordaz Coppel, el ex rector, en calidad de asesor y otras funciones, ofrece a todos los sinaloenses y en especial a los universitarios, su rango de soldado del PRI.

En Sinaloa nadie puede negar que Rubén Rocha es parte de esa nomenclatura tricolor que mantiene el poder político ¿Qué ha dado a cambio para que los poderosos hombres del PRI lo consideren como uno de los suyos? ¿Qué servicios le ha prestado para que lo traten con deferencia y complicidad y lo metan a las jugadas políticas de primer nivel?

Quienes hemos vivido en la UAS lo sabemos: Rocha ha “vendido” o postrado a los intereses del PRI y sus gobiernos a un reducido grupo de ex universitarios y jubilados que ayudó en su época de Rector, personas de la tercera edad a quienes usa temporalmente, en épocas electorales, como grupo de “choque” para descalificar personajes políticos, universitarios, panistas, priistas, perredistas, etc., que no se sometan a los caprichos de la nomenclatura del PRI.

Utiliza a esos mismos ex universitarios y jubilados, que cada día son menos, para que ataquen a la UAS, para esforzarse en mantener un clima de desestabilización que sirva a los intereses del PRI.

Son los “amigos” de Rocha esos críticos por sistema de la transformación/modernización de la UAS, del avance que incomoda a los grupos del PRI que mantienen viva la esperanza de tomar el control de la Universidad con fines inconfesables.

Ese reducido segmento de ex uaseños y jubilados es lo que ha hecho “fuerte” a Rubén Rocha en sus negociaciones con el PRI. El grupo recibe migajas y él se lleva la tajada grande: cargos de asesor de primer nivel y negocios de alto calibre para su hijo y su yerno

A Rubén Rocha no le interesa la UAS sino usar a la UAS, utilizar a los ex universitarios y jubilados. Eso está muy claro.

En la candidatura que le confeccionó el PRI en Morena como candidato al Senado de la República, Rubén Rocha, rodeado de ese grupúsculo, da la cara, la asoma después de 19 años, y pretende aparecer como el redentor de la UAS lanzando al aire el garlito, el cuento, la artimaña del “rescate”, que en su voz suena a un llamado al retroceso y al desorden.

Rubén Rocha “invita” a Andrés Manuel López Obrador para que lo “ayude” a “rescatar” la Universidad, solicitud que por la pertenencia política de Rocha enchufa a la perfección en los planes del PRI por tomar por asalto a la UAS. En esta jugada Obrador sería una pieza del ajedrez usado por el grupo priista para irrumpir en el campus universitario. Después reirían a mandíbula batiente “¡nadie sabe para quién trabaja!”.

Lo más repudiable de Rubén Rocha es que llama al “rescate” de la UAS en abierto atentado a la autonomía universitario ¡Habrase visto! La autonomía no es negociable. No es sujeta al trueque político. No está en venta electoral. Atentar contra la UAS revela las entrañas de un Rubén Rocha Moya enemigo de la universidad y los sinaloenses y amigos de quienes con gusto alientan o aceptan un llamado de esta naturaleza para franquear el paso a la privatización de la Universidad.

Rocha se ha declarado tal cual es: en política existen mercenarios de todos los tipos y gustos. Mercenarios por amor, por dinero, por poder, por odio, por complejos, por venganza, por pre-potencia, etc. Como sabemos, un mercenario es alguien que trabaja por dinero o interés personal. No debemos descartar a los mercenarios que lo hacen por otros motivos ¿Dónde encaja Rubén Rocha?

Yo que vivo en la UAS, que la siento, que entiendo y sé que es patrimonio de todos los sinaloenses, no me dejo engatusar por Rubén ni su falsa estrategia salvadora ¡por favor, qué no venga con el cuento de él es el redentor de la UAS! El lugar de Rocha está en el PRI. O en el PRI-MOR. Su tiempo en la UAS ya pasó. En la historia de la Universidad sobresalen sus negativos como Rector ¡que no finja demencia!.