Institucionalización y gobierno corporativo, resistencia en empresas familiares

Milton Rosario

En las empresas familiares, la institucionalización y adopción de las buenas prácticas de gobierno corporativo suelen enfrentar resistencia debido a dinámicas y tradiciones familiares profundamente arraigadas. Los fundadores o líderes familiares temen perder control, considerando que estructuras como los consejos de administración disminuyen su influencia.

La toma de decisiones informal basada en relaciones personales y flexibilidad se ve como una fortaleza, lo que hace que la formalización parezca innecesaria o incluso perjudicial.

Las diferencias generacionales y los lazos emocionales también contribuyen a la resistencia. Las generaciones mayores ven la gobernanza como una amenaza a su forma de hacer las cosas, mientras que los miembros más jóvenes abogan por la formalización para garantizar el crecimiento futuro. Las dinámicas emocionales, la falta de confianza en los profesionales externos y el miedo a la transparencia complican aún más la situación.

Formalizar procesos que expongan debilidades en el liderazgo puede crear conflictos familiares, y la planificación de la sucesión —un elemento crucial de la gobernanza— generando ansiedad, especialmente cuando hay varios sucesores, lo que lleva a conversaciones difíciles que a menudo se evitan.

Superar estos desafíos requiere una comunicación clara y educación sobre los beneficios a largo plazo de la gobernanza. Resaltar cómo mejora la toma de decisiones, la gestión de riesgos y asegura la sostenibilidad, sin erosionar los valores familiares, puede reducir la resistencia. Un enfoque equilibrado que respete el legado es necesario para el éxito sostenible de largo plazo y que transcienda generaciones.

Todavía sorprende ver empresas que “dicen” tener gobierno corporativo. La realidad es que el papel aguanta lo que se le escriba. La parte importante es si la institucionalización ha sido verdaderamente realizada.

Por cuanto, es importante distinguir entre la adopción y la institucionalización de la gobernanza corporativa. La adopción parece prometedora en papel, pero la institucionalización va más allá, integrando la gobernanza en la cultura organizacional.

La adopción se refiere a establecer marcos de gobernanza, como la creación de consejos de administración, la redacción de políticas y la introducción de mecanismos de transparencia. Este proceso suele estar impulsado por el cumplimiento o demandas externas, y se enfoca en estructurar la gobernanza de la empresa. Sin embargo, no siempre garantiza una integración cultural a largo plazo.

La institucionalización es el proceso mediante el cual las estructuras de gobernanza evolucionan desde el mero cumplimiento hasta integrarse en la cultura y operaciones de la empresa. La gobernanza se convierte en parte de la identidad de la compañía, influyendo en la toma de decisiones diarias y asegurando la sostenibilidad a través de los cambios de liderazgo. Estandarizar procesos como la gestión de riesgos y los consejos familiares hace que la gobernanza sea parte del ADN de la empresa, en lugar de solo un conjunto de reglas a seguir. Esto asegura que la gobernanza se aplique de manera continua, creando impactos duraderos.

En resumen, la adopción es el primer paso, creando estructuras y prácticas formales, mientras que la institucionalización garantiza que estas prácticas perduren y moldeen la cultura y la toma de decisiones de la empresa por generaciones. Juntas, estos procesos protegen la sostenibilidad a largo plazo.

Beneficios clave de la gobernanza corporativa en empresas familiares

La adopción e institucionalización de la gobernanza son esenciales para el éxito y crecimiento a largo plazo en las empresas familiares. Estos son los principales beneficios:

Profesionalización y toma de decisiones claras: A medida que las empresas crecen, la toma de decisiones se vuelve más compleja. La gobernanza introduce profesionalismo, aclara roles y reduce el riesgo de conflicto al asegurar decisiones transparentes basadas en datos.

Planificación de la sucesión y continuidad: Uno de los mayores desafíos es garantizar transiciones generacionales. Los marcos de gobernanza proporcionan planes de sucesión formales, facilitando la preparación de futuros líderes y minimizando variables de riesgos.

Resolución de conflictos: Las dinámicas familiares pueden generar conflictos personales que afecten las operaciones. Las estructuras de gobernanza, como los consejos familiares, crean mecanismos formales para abordar conflictos antes de que escalen. Separar los asuntos familiares de los empresariales fomenta la armonía y continuidad del negocio.

Acceso al capital y confianza de los inversores: Institucionalizar la gobernanza mejora la credibilidad de una empresa familiar con inversores, bancos y socios. Las estructuras claras brindan confianza en que el negocio está bien gestionado, facilitando el acceso al capital externo.

Sostenibilidad y visión a largo plazo: Sin gobernanza, las decisiones a corto plazo pueden prevalecer sobre la sostenibilidad a largo plazo. Los marcos de gobernanza alinean las estrategias con la visión a largo plazo, asegurando la longevidad de la empresa más allá de la generación actual.

Crecimiento y diversificación: A medida que las empresas familiares se expanden, se requieren sistemas de gobernanza más sofisticados para gestionar riesgos y mantener la alineación estratégica. La institucionalización asegura que el crecimiento esté bien gestionado y sea escalable.

Preservación de la reputación y el legado: La reputación de una empresa familiar suele estar estrechamente ligada al nombre familiar. Una buena gobernanza protege este legado al asegurar prácticas éticas, transparencia y responsabilidad, garantizando un sólido fundamento ético para las futuras generaciones.

Los beneficios son ilimitados. Adoptar las buenas prácticas de gobierno corporativo e institucionalizar proporciona la estructura y los marcos necesarios para gestionar el crecimiento, navegar transiciones y preservar el legado familiar. A través de ello separamos las dinámicas personales de las necesidades profesionales, asegurando que el negocio transcienda las generaciones. Al adoptar la gobernanza, las empresas familiares construyen un futuro sostenible, de largo plazo, transcendiendo generaciones, y dando valor continuo.