Inmoralidad sistemática contra la UAS

Alfonso Carlos Ontiveros Salas

El gobierno le pide tregua a los criminales El simulacro militar con bandera blanca en el Estadio Ángel Flores, así se entendió, y ataca como su peor enemigo a la Universidad Autónoma de Sinaloa

Odio que no se puede ocultar. La historia la debemos refrescar. Se rechaza la Ley de Educación Superior de Sinaloa por violatoria de la autonomía universitaria. Fabrican delitos y procesos. Remueven del cargo como titular de la Rectoría de la UAS primero a Jesús Madueña Molina y después al encargado del despacho de Rectoría, Robespierre Lizárraga Otero. Ahora van contra Candelario Ortiz Bueno. La Fiscalía estatal le acaba de solicitar la misma información que a los anteriores sabiendo que no se les proporcionará. La autoridad estatal es incompetente, carece de facultades legales para auditar a la UAS, lo saben, pero como el tonto, se hacen.

El conflicto ha dejado evidenciada una feroz persecución estatal en contra de los directivos universitarios abusando del poder de manera arbitraria. Ha perdido jurídicamente toda posibilidad de obtener triunfos en los tribunales. Los éxitos pírricos en los tribunales locales se han esfumado como agua en el desierto.

Reformaron por la fuerza de su poder faccioso la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Pero saben que tampoco la van a ganar. Se promovieron los amparos y ya empezaron a otorgar las suspensiones. Quisieron parar ese derecho de la UAS, como siempre, abusando de su poder.

Recurrieron a lo que saben hacer: denostar a los directivos de la UAS como corruptos difundiendo un listado de procesos fabricados y una supuesta cantidad global de desvíos presupuestales de la Universidad Autónoma de Sinaloa. El tiro se les volvió a cebar. La gente no lo creyó. Utilizaron a los ciervos de la nación para distribuir casa por casa volantes con esa información, la gente fastidiada por la canallada que hacían en la cara les azotó la puerta y en otras los corrió. Invadieron las redes sociales pagando a grupos encargados de difundir esa lista de procesos y obligando a los trabajadores del estado y municipios a circularlas en sus perfiles personales.

Los volantes que se imprimieron con recursos del gobierno, fueron alrededor de setenta mil y también pagó cantidades millonarias para que esa lista apareciera en los diarios locales y en algunos nacionales, pero ni aun así lograron convencer con sus inmoralidades.

La lucha contra esa reforma ilegal provocó que los universitarios rosalinos declaran un paro general de labores. Esa respuesta universitaria les dolió porque impactó no solo en el estado sino que hizo eco a nivel nacional.

No dieron crédito que la Presidenta Claudia Sheinbaum volteara a ver el conflicto provocado por el gobierno en contra de la UAS, y pidió que la comisión integrada por el Dr. Candelario Ortiz Bueno fuera recibida y escuchada y ordenó que en la Secretaría de Gobernación hagan los esfuerzos para conciliar.

El conflicto contra la UAS no solo ha ocasionado perjuicios a la estabilidad laboral, familiar y emocional de los directivos universitarios, ya cobró también una víctima colateral. El homicidio del Mtro. Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Hay confianza en el gobierno federal que con su intervención se resuelva en definitiva esas diferencias que no le abonan política ningún beneficio a Sinaloa y tampoco a la educación que imparte la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Aclarar la muerte del Mtro. Cuén Ojeda es un imperativo de la Fiscalía General de la República. Priorizar la investigación es hacer justicia a una vileza cometida y llegar a la verdad de los hechos que han conmocionado no solo a una familia sino también a muchos sinaloenses que creían en el fallecido.

Hay confianza en las gestiones conciliatorias emprendidas por la Presidencia de la República. El gobierno del estado deberá ceder y desistir de esa perniciosa persecución en contra de la UAS y sus autoridades. Poco falta para que se reactiven las actuaciones de los tribunales federales en los que está depositada la confianza de la UAS. Por lo pronto, la vigencia de las reformas a la ley Orgánica de la UAS se ha parado y es un golpe más al orgullo deteriorado de las autoridades estatales.

Los encontronazos han sido fuertes. En la UAS las fortalezas son bastantes, el conflicto ha unificado a una comunidad universitaria decidida con determinación a defender a la UAS, mientras que en el gobierno no hallan como ocultar su dolor.