Enfermedad Renal Crónica, ya es la décima causa de muerte en México

Cecilia Higuera Albarrán

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un padecimiento denominado como el “enemigo silencioso”, debido a que al igual que la diabetes mellitus, no presenta síntomas en etapas iniciales.

Esta ausencia de síntomas y/o malestares que indique a la persona que algo no anda bien en su organismo, ocasiona que el paciente con enfermedad renal crónica, por lo general sea diagnosticado cuando el daño ya se encuentra en etapas avanzadas.

Esto es, cuando el riñón del paciente ya registra tal deterioro en su función, que es necesario recurrir a servicios de sustitución renal como diálisis, hemodiálisis o incluso trasplante, ante lo cual es fundamental fomentar el diagnóstico temprano, sobre todo si se toma en cuenta que los riñones “no duelen” como de manera equivocada se cree.

Doctor Sergio Hernández Estrada, médico internista, nefrólogo y director médico de Médica Santa Carmen
Doctor Sergio Hernández Estrada, médico internista, nefrólogo y director médico de Médica Santa Carmen

En este sentido, el doctor Sergio Hernández Estrada, médico internista y nefrólogo, destacó la importancia de priorizar la prevención y el cuidado de los riñones, debido a que la enfermedad renal crónica, es un padecimiento que no sólo afecta a quienes la padecen, sino que también genera un impacto profundo en sus familias, así como en el sistema de salud pública.

En este contexto, mencionó que para tener una idea de la importancia de establecer medidas preventivas para que cada vez un mayor número de personas conozcan qué hábitos de vida les permitirá cuidar su salud en general y en particular sus riñones, en el 2014, el gasto médico en salud por persona se estimó en 8,966 dólares en la Secretaría de Salud, y de 9,091 dólares en el IMSS.

Asimismo, señaló que en el 2017, la prevalencia se ubicó en 12.2% de la población, con una tasa de mortalidad de y 51.4 fallecimientos por cada 100 mil habitantes

Riñón no da síntomas de malestar, pero sí hay señales

El también director médico de Médica Santa Carmen, institución especializada en enfermedad renal con presencia con en Ciudad de México, San Juan del Río, Querétaro y San Miguel de Allende, Guanajuato, insistió en que la enfermedad renal crónica, no presenta síntomas específicos, no obstante sí se debe estar alerta a señales como: fatiga y debilidad generalizada, hinchazón en las extremidades, de manera particular en los tobillos y pies–, así como necesidad frecuente y urgente de orinar, particularmente en la noche.

Estos datos son importantes tomarlos en cuenta, dijo, sobre todo si se toma en cuenta que al menos 1 de cada 10 personas va a tener algún grado de daño renal, y se recomienda tener especial cuidado a pacientes que padezcan: diabetes mellitus, hipertensión, enfermedades del corazón, enfermedades que están asociadas a la enfermedad renal.

Asimismo, recomendó mantenerse en vigilancia a las mujeres, ya que las estadísticas han demostrado que son ellas en las que hay una mayor prevalencia.

Además se debe tomar en cuenta otro factor de riesgo que no se puede modificar: la edad, por lo que pacientes mayores deben mantenerse en vigilancia para cuidar su salud renal.

Otras alertas pueden ser: náuseas, vómito, pérdida de apetito y pérdida de peso involuntaria, picazón en la piel y/o cambios en la textura o coloración de la misma, además de modificaciones en la cantidad y aspecto de la orina la cual puede ser espumosa o con sangre.

Detalló que se podrían presentar también dificultad para concentrarse y problemas de memoria, dolores de cabeza persistentes, calambres musculares, debilidad muscular e, incluso, alteraciones en el sueño, como insomnio o apnea del sueño.

Cómo prevenir

El especialista certificado por los Consejos Médicos de Medicina Interna y Nefrología, aclaró que para detectar de manera oportuna la enfermedad renal crónica es necesario realizar algunos estudios, que son sencillos y de fácil acceso, ya que sólo se debe hacer un análisis de sangre para verificar niveles de creatinina y urea, así como un examen general de orina, con la inherente valoración médica oportuna donde se realiza un cuestionario al paciente y una exploración física.

Resaltó que estos estudios y exámenes deben realizarlos y evaluarlos un médico especialista en Nefrología por lo que, si se tiene sospecha de la existencia de la enfermedad renal crónica o se presentan síntomas relacionados, es fundamental buscar la atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado y personalizado.

Advirtió que llevar a la terapia de sustitución renal es complejo y requiere de estrictas medidas sanitarias para evitar infecciones que pudieran resultar incluso mortales.

Ejemplificó que la hemodiálisis requiere de múltiples procesos y sistemas para que sea segura, pero sobre todo para ofrecer al paciente los beneficios que espera obtener, como son: mejorar su calidad de vida, mantenerse libre de complicaciones y vivir más tiempo.

Resaltó que para evaluar la calidad de una clínica de hemodiálisis, no basta con conocer los equipos biomédicos y la capacitación de su personal, también “se debe tomar en cuenta la infraestructura, los indicadores y procesos que garantizan que el funcionamiento de todos los equipos es adecuado, así como los procesos establecidos para la atención de los pacientes y los resultados que obtiene la clínica con el paso del tiempo”.