Fernando Zepeda
El asesinato del líder de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa Faustino Hernández es para “encender” los focos rojos en el estado. Ya no se trata de una pelea entre los grupos en pugna. Ahora con el asesinato de Faustino, tocan a un líder de una de las organizaciones importantes en Sinaloa como es la ganadera. Pero también a un operador político, aliado recientemente a Morena, cercano al gobernador Rubén Rocha Moya.
Faustino Hernández como ya se sabe fue asesinado con una acción brutal cuando se encontraba ayer en el interior de su casa. En el porche de la misma fue ultimado su secretario. El grupo de civiles fuertemente armados llegaron hasta la zona aledaña a Tres Ríos y cometieron el crimen. Justo ayer cuando el gobernador ofrecía su conferencia “semanera” los periodistas le preguntaron sobre los hechos. Y Rocha Moya no estaba enterado de que el líder ganadero era el asesinado. Los periodistas ya tenían confirmada la información.
Si de esa manera fluye la información hacia el gobernador, estamos fregados. Apenas se conoció del brutal crimen, partidos políticos como el PAN y el PRI lamentaron los hechos y se pronunciaron porque las autoridades refuercen sus acciones contra los delincuentes. Y el crimen de Faustino Hernández como el de Ramón Héctor Escobar Manjarrez, hermano de dos exalcaldes de Elota, no quede impunes.
Curiosamente de Morena no se conoció ningún pronunciamiento. Y eso que Faustino Hernández participó como “invitado especial” en la presentación de expriistas ante la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum para quien operó en la pasada elección el dirigente ganadero.
(Columna En El Blanco)
