Sinaloa: no atienda a desconocidos en la puerta de su casa

J. Humberto Cossio R.

Los que van por su carro y otras pertenencias tocan su puerta o bien utilizan el timbre para que acudamos a ver que se les ofrece.

Craso error que le puede costar muy caro o hasta perder la vida.

Los delincuentes no tienen escrúpulos y buscan la oportunidad para causar daños en la propiedad y nuestra integridad física.

Conocemos algunos casos y es por eso nuestra prevención.

El Maremágnum de violencia y otro tanto de temor que han provocado los enfrentamientos de Mayos y Chapitos, nos encierran en casa y hay delincuentes que no pertenecen a ningún bando que se aprovechan de nuestro encierro y buscan obtener las mejores ganancias.

Tengan mucho cuidado.

Salir a la puerta les puede costar la vida.

Una novedad es la que nos dan los llamados punteros que ahora despojan de unidades para ejercer su encargo.

Ya no quieren motocicletas.

La delincuencia organizada los autorizó para conseguir unidades de reciente modelo y de preferencia no gastonas de combustible.

La delincuencia organizada va sobre camionetas y pick -Ups y los punteros sobre Spark, Versa y otros de dimensiones pequeñas.

Pero no hay que preocuparse, sentenció el General Leana, Liana o Enredadera, pues sólo hay que esperar a que Mayos y Chapitos dejen de pelear.

Fachada de militar del corte de Andrés Manuel. Cuidemos nuestro pellejo y pongamos atención a los comunicados de los Mayos o Chapitos. Con ellos no tenemos pierde.

Lo que manden hay que acatarlo. Son los del poder y punto.

Si usted conoce a Julio Urías y se presenta en su domicilio, no lo atienda, de perdida puede recibir usted una bola de cabronazos del nativo de la Higuerita.

Le encanta tirar “catos”.

Los volados al rostro son sus preferidos. No hay mujer que se le resista.

El tema es la delincuencia organizada.

Salidas muy pocas y encierro bastante. Es ecuación muy saludable.

Mi pérdida mayor ha sido Héctor Melesio Cuén Ojeda. Mi amigo de muchos años.

Sólo me queda su recuerdo.

Fue vilmente asesinado y quizá jamás sabremos quién lo mandó matar y las causas del odio.

Ahí empezó la violencia generalizada en Culiacán. Terminará cuando pacten los jefes de la delincuencia organizada.

Para ellos mi ruego. Ablanden sus corazones y devuelvan la tranquilidad a Culiacán y Sinaloa.