Traductores en lenguas indígenas para frenar el racismo

Columba Vértiz De La Fuente

Varios especialistas en la traducción de lenguas indígenas -preocupados por la inclusión y el acceso a la justicia en comunidades originarias, las cuales siguen enfrentando obstáculos en sus derechos lingüísticos y culturales- piden en una carta al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) fortalecer los programas educativos para la formación de intérpretes y un pago justo.

En la misiva –redactada después de un conversatorio el 21 de mayo en el marco de la campaña e impacto del documental La mujer de estrellas y montañas, de Santiago Esteinou estrenado en salas del país–, los expertos abogan en “favor de avances” en cuanto a la profesionalización de los intérpretes y así cumplir con el derecho para que las personas sean atendidas en su lengua, en las instituciones gubernamentales en ámbitos como la salud y la justicia.

La mujer de estrellas y montañas (Muki sopalírili aligué gawíchi nirúgame, México, 2022) se centra en Rita Patiño, una mujer rarámuri que estuvo recluida 12 años en un hospital psiquiátrico en Estados Unidos sin acceso a un intérprete y a quien se le diagnosticó esquizofrenia, además de haber estado mal medicada.

Incluso en su comunidad, antes, había sufrido múltiples formas de maltrato y discriminación (https://www.proceso.com.mx/cultura/2024/4/28/dos-cintas-sobre-el-marginal-mundo-raramuri-327967.html).

Edgar Adrián Moreno Pineda, jefe del departamento de Culturas Étnicas y Diversidad de la Secretaría de Cultura del Estado de Chihuahua, y quien moderó el panel que dio base a la reciente carta para el INALI, opina en entrevista por zoom:

“Muchas veces estamos conscientes de que existe una diversidad lingüística, una diversidad cultural, y nos sentimos orgullosos de eso, pero cuando se trata de atender a la diversidad, ahí es donde estamos aprendiendo a reconocer la diversidad. ¿En qué sentido? Al acceso a la justicia que no se da realmente en las lenguas originarias… no hay una justicia adecuada. Incluso muchas veces el personal de las instancias no está capacitado para atender muchos casos de injusticias, entonces se empiezan a ver todos estos problemas, a una falta de acceso a las personas de traducir sus conflictos, y estamos invalidando sus derechos porque su idioma no es el español.

“Y es muy similar en el sector salud. Existe un desconocimiento de mucho personal que entiende sólo desde un punto de vista occidental o sólo desde la medicina universitaria, y se invalidan todas las otras expresiones de conocimientos médicos tradicionales, de entender la enfermedad y la salud. En el momento en que una persona no habla el español como lengua materna, llega a una consulta y le hablan en términos técnicos y no hay intérprete, lo cual refleja todo un desconocimiento de derechos”.

Enfatiza:

“Aquí lo que estamos tratando de ver es la salud, la educación y la impartición de justicia como los nichos más importantes en los cuales no se están llevando a cabo esos aspectos del reconocimiento de derechos lingüísticos. Ya es un atropello general a los idiomas originarios y no hay un  mecanismos eficaces en los cuales las personas puedan sentirse respetadas”.

Moreno Pineda destaca la necesidad de fomentar el trabajo de los intérpretes y traductores en los diferentes idiomas originarios, e insta a impulsar una capacitación cultural lingüística de esas personas que si bien no pertenecen a esos pueblos, sí haya acercamiento para el tratamiento de esas comunidades, “que no se vea como si solamente fuera una sola manera de entender esa realidad, porque son múltiples realidades, y partir de ello empezamos a reproducir muchos de los comentarios negativos discriminatorios”.

En ese encuentro, que partió respecto al caso de Rita Patiño, protagonista de La mujer de estrellas y montañas, participaron Guillermo Alejo Carlos, del Consejo Directivo de la Organización de Traductores, Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas; Elisa Cruz Rueda, profesora de la Universidad Autónoma de Chiapas; la doctora Artemia Fabre Zarandona, presidenta de la Asociación Civil,  Diálogo y Movimiento, y Flavio Reginaldo Vázquez López, del Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción. Moreno Pineda fue el moderador.

Ellos, según se lee en el documento que firmaron y enviaron a Proceso, abordaron “la insuficiencia de la formación adecuada para intérpretes y traductores, así como la falta de programas efectivos que respondan verdaderamente a las necesidades nacionales. A pesar de los esfuerzos existentes, como la Universidad de las Lenguas Indígenas de México, persisten dudas sobre su capacidad para cubrir la demanda creciente y garantizar la calidad necesaria en la interpretación y traducción en contextos indígenas”.

Otro punto abordado, y que constituye una preocupación generalizada, fue el de “la falta de reconocimiento y pago justo para estos profesionales”:

“Aunque existen tabuladores oficiales, la realidad muestra que los pagos frecuentemente son insuficientes y no se ajustan adecuadamente a los servicios prestados, reflejando así desigualdades estructurales que deben ser abordadas con urgencia”.

Promoción educativa

Por otra parte, hicieron énfasis “en la necesidad imperativa de políticas públicas efectivas que promuevan la enseñanza y uso de las lenguas indígenas en todos los niveles educativos, así como la descentralización del modelo educativo para empoderar a las comunidades en la gestión de sus propias instituciones educativas y culturales”. Finalmente, “una política pública integral para garantizar que las lenguas indígenas tengan el mismo estatus oficial que el castellano”.

Rita Patiño. El mundo rarámuri. Foto: Cortesía Producciones Piano

Sigue la expliación en el texto:

“La discriminación y el racismo hacia las lenguas indígenas también fueron temas centrales de discusión, evidenciando cómo estas percepciones erróneas impactan negativamente en la profesionalización de intérpretes y traductores, quienes son clave para garantizar el acceso equitativo a servicios esenciales y la administración de justicia para las comunidades indígenas”. 

La conclusión del conversatorio resaltó la urgencia de implementar estas reformas sustanciales:

“Esto no sólo es un compromiso con la justicia social, sino también con los derechos humanos fundamentales de los pueblos indígenas, quienes continúan enfrentando obstáculos significativos en el ejercicio de sus derechos lingüísticos y culturales”.

Así, son cuatro las acciones concretas que piden atender, “respetuosamente”, al INALI:

“1- Revisión y fortalecimiento de los programas educativos para la formación de intérpretes y traductores en lenguas indígenas, asegurando que respondan efectivamente a las necesidades actuales.

«2.- Implementación de políticas y asignación de recursos para garantizar un pago justo y digno para los intérpretes y traductores de lenguas indígenas, incluyendo la revisión y aplicación efectiva de los tabuladores oficiales. 

«3.- Promoción de políticas públicas integrales que fomenten el uso y enseñanza de las lenguas indígenas en todos los ámbitos educativos y administrativos del país.

«4. -Apoyo activo a iniciativas que promuevan el reconocimiento y respeto por la diversidad lingüística y cultural de México, así como la autonomía educativa y cultural de las comunidades indígenas.”

El conversatorio puede visualizarse en el enlace  https://www.facebook.com/share/v/ehem1u3Y4KhZXg4e/.

Sobre La mujer de estrellas y montañas, Moreno Pineda comenta:

“La película retrata de una manera muy fiel lo que sucede con este tipo de situaciones. Una mujer de Chihuahua sale de su comunidad, sale de esa manera de entender una enfermedad (en este caso puede ser una enfermedad mental, una enfermedad con cierto tipo de condiciones), de que se entienda culturalmente dentro de su comunidad, de que pueda tener el respaldo y que pueda tener una interpretación dentro de su comunidad… sale a un contexto ajeno en el cual, para empezar ya no era México, sino Estados Unidos, y se empieza a ver todo este proceso en el cual es tratada de una manera exótica, de una manera inhumana, se le considera loca no por el hecho de que manifieste cierto tipo de situaciones mentales, sino de que por el simple hecho de hablar un idioma diferente, ¡ ah!, ya tiene una enfermedad mental, ya está este loca, no sabemos qué es lo que habla.

“Entonces empiezan todas estas cuestiones negativas hacia la persona de Rita, y muchas de las reproducciones culturales que existen entre la población rarámuri las empieza a llevar a cabo ella, como los cantos de Yumare, y efectúa movimientos repetitivos, y eso es como si fuera un diagnóstico psiquiátrico. Entonces parece ser que no existe realmente un entendimiento hacia las prácticas culturales, a diversas maneras de estar en el mundo, y son catalogados con este tipo de cuestiones y de manera negativa”.

Manifiesta:

Y Rita es un caso de muchas y muchos que existen desgraciadamente a nivel nacional o a nivel internacional. Por ejemplo, en Estados Unidos a mujeres indígenas tzotziles por no saber decir cuántas cucharadas le dan de leche a su bebé, meten juicios y les quitan a los niños porque la medida es diferente a la que sucede o a la medida estándar en un país totalmente diferente.

Y concluye:

“Siguen pasando esas cuestiones en manos de personas mestizas, en gente de Estados Unidos, y continúa el abandono a los pueblos originarios. Lo importante de este tipo de situaciones es de que esa película retrata lo que sucede con una persona, con la cual se pueden ver identificadas muchas gente que migran, que salen de sus comunidades, que tienen un idioma diferente al español con la falta de que sus derechos se cumplan. Eso es lo que estamos tratando de efectuar con la visibilización a través del docuemental, y con diverasas instituciones: deseamos apuntalar que se trate de asegurar los derechos de los pueblos originarios en sector salud, educativo y de justicia, los tres sectores que están inflyendo en la pérdida de la diversidad lingüística, y lo que tenemos en un alto índice de suicidios, drogadicción, alcoholismo, se empiezan a generarse problemas sociales por lo mimo”.