El finiquito y la liquidación no es lo mismo, estas son las claves para entenderlo

Sonia Soto

¿Qué tanto sabes sobre tus derechos laborales? Todos deberíamos tener una noción de éstos, independientemente de nuestra profesión, sobre todo para que no te agarren en curva al firmar papeles para el ingreso o en otros momentos no tan agradables, como el despido. Entre los conceptos que debes conocer está la liquidación y el finiquito, que parecen lo mismo, pero no lo son.

Alix Trimmer, abogada y fundadora de la firma Laboral Interseccional (LAIN), considera que todas las personas debemos tener medidas de autocuidado laboral, esto significa conocer lo más básico de los derechos que nos corresponden por ser trabajadores.

“Si no conocemos nuestros derechos, ¿cómo podremos defendernos? Esto también permite lograr una negociación, si es necesario, para llegar a escenarios donde las dos partes estén conformes”, comenta.

Para ello, puedes ayudarte de herramientas en internet, pero también la guía que realizó la abogada, aunque se centra en los derechos laborales de la mujer, es funcional para todas las personas.

La especialista explica que para saber si te corresponde liquidación o finiquito, es importante entender en qué contexto se da por terminada la relación laboral, es decir, si es renuncia o despido, partiendo de ello se puede entender las diferencias.

El finiquito se refiere a los salarios y prestaciones que ya generó la persona previo a la renuncia o despido, es decir, ya las ganó, pero no han sido pagadas al momento de la terminación de la relación laboral.

“Es como si tuviéramos un cochinito y metiéramos ahí diariamente lo que ganamos, incluyendo prestaciones como el aguinaldo, por poner un ejemplo. El aguinaldo se paga en diciembre, pero se trabajó hasta junio, entonces esa persona ya ganó la mitad del aguinaldo que le correspondía. Lo mismo pasa con las vacaciones, la prima vacacional”, explica.

No obstante, cuando existen prestaciones superiores a las de ley, depende de la manera en cómo se haya pactado la forma en la que se pagarán.

Existe otro concepto que se llama prima de antigüedad y se paga en caso de terminación voluntaria de la relación laboral; es decir, la renuncia, sólo si la persona tiene más de 15 años en la empresa.

Por esta prima de antigüedad corresponden 12 días de salario por cada año trabajado. “El artículo 162 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) establece que la prima de antigüedad se va a pagar con un tope equivalente a dos veces el salario mínimo, que en 2024 asciende a 248.93 pesos”, comparte.

Además, la prima de antigüedad se debe otorgar de manera proporcional; es decir, si el trabajador tiene 15 años con 10 meses de servicio, se debe considerar en el cálculo los meses, señala la fundadora de LAIN.

En ese sentido, en casos de renuncia el finiquito se debe pagar, no hay excepción, es un derecho que corresponde a todo trabajador cuando se termina la relación laboral, puntualiza Alix Trimmer.

Cuando hay un despido, además del finiquito, la persona debe recibir una indemnización, esta se compone de tres meses de sueldo integrado, “entendiendo que el sueldo integrado es la suma de cuota base y las prestaciones”, explica.

Cuando se trata de un despido injustificado, además de la indemnización, se le debe otorgar a la persona un pago de 20 días de salario por cada año completo de antigüedad.

Otro escenario, es cuando el trabajador fallece y todavía estaba laborando, en este caso el finiquito que le correspondería se les paga a las personas beneficiarias, esto después de un proceso jurisdiccional, en el que son determinadas como beneficiarias laborales, agrega.

Liquidación y finiquito ¿Cómo administrarlo?

Una vez que ya terminó tu relación laboral, debes pensar muy bien cómo administrar ese dinero, no importa cuánto sea, si es liquidación o sólo finiquito, dale un buen uso.

Daniel Urías, especialista en finanzas personales y fundador de Cooltura Financiera, recomienda, primero que nada, hacer un análisis sobre los gastos en casa; es decir, tener en cuenta el transporte, servicios básicos, comida, “todas aquellas cosas que sí o sí necesito de manera indispensable para vivir con comodidad y que no puedo dejar para después”.

Además, es necesario ser muy conscientes de que ese dinero existe porque ya no habrá un sueldo fijo, hasta que se consiga nuevamente trabajo, por lo que hay que ser cautos. “No son para ir de vacaciones, para comprar un carro, sino utilizarlo de forma muy planificada”, refiere el especialista.

Posteriormente deberás realizar un análisis de las deudas, hay algunos créditos que tienen un seguro por desempleo, algunos permiten volver a pagar hasta que se tenga nuevamente trabajo, entonces hay que conocer qué protección ofrecen.

“Analizar todas las opciones que tienes al alcance es importante porque no sabes cuánto tiempo tardarás en encontrar un nuevo empleo. La recomendación es que, si tienes esos seguros por desempleo, los utilices”, dice.

De ser posible, Daniel Urías sugiere seguir pagando las deudas periódicamente, sin que eso implique recortarle a lo básico. “Hay que continuar cubriendo deudas, si bien podría ser inviable al 100%, hay que procurarlo para evitar la acumulación de los intereses, recargos y que la deuda se vuelva más pesada, y también para evitar que tu historial crediticio se vea afectado en ese periodo”.

Una vez realizado esos análisis, sabrás cuál es el tiempo aproximado que tu liquidación te permitirá vivir sin empleo. En el caso de los préstamos de algún familiar o amigo, hablarle con toda transparencia y pedirle un tiempo para liquidar la deuda en cuanto encuentres trabajo.

Es también muy importante arrancar de inmediato la búsqueda de nuevos ingresos, ya sea a través de un empleo formal, o con otras actividades que den la oportunidad de generarlos.

“En ese sentido, las personas que utilizan su liquidación para emprender deben sacar cuentas, porque puede ser que se acabe muy rápido el dinero, y no se cumpla el objetivo, por eso hay que hacer cálculos”, advierte el fundador de Cooltura Financiera.

Fondo de ahorro

Una manera de blindarse económicamente ante la falta constante de ingresos, es crear un fondo de ahorro, el llamado fondo de emergencia.

Daniel Urías dice que la pérdida del empleo es una emergencia. “Hay muchas cosas que salen de nuestro control y desafortunadamente cuando estamos todo el tiempo viviendo el día a día o las deudas se llevan la mayor parte de nuestros pesos, es difícil que podamos generar ahorro”.

En ese sentido, su recomendación es apartar un poco de dinero de manera constante: cada quincena, mes, semana, separar una cantidad de arranque, para que justo en situaciones imprevistas podamos tener ese apoyo.

«Este fondo tiene que ser equivalente al menos a tres meses de los gastos básicos. Entonces, sí es muy importante que vayamos trabajando en ese fondo de ahorro para que cuando venga, por ejemplo, esta situación de desempleo, use estos recursos mientars encuentro un empleo u otra manera de generar ingresos”, comenta.

Daniel Urías dice que planificar es muy importante, para tomar decisiones que sí nos ayuden a crecer con mayor calidad. Entender que somos vulnerables y que existirán situaciones que se van a salir de nuestro control.

«Es bien importante que trabajemos mucho en prever, en ahorrar, en analizar cómo están nuestros gastos para que cuando nos caiga una situación imprevista, como en este caso, un despido, estemos muy organizados, muy en orden “, finaliza.

Por su parte, Alix Trimmer reitera que desde que incursionamos al mundo laboral deberíamos conocer, aunque sea, lo más esencial de nuestros derechos como trabajadores, porque de esa manera tenemos mejores herramientas para hacerle frente a situaciones como la terminación de una relación laboral.