Álvaro Aragón Ayala
Mientras en los medios de comunicación de la Ciudad de México es tema prioritario, en Sinaloa el gobernador Rubén Rocha Moya dictó una vez más la línea editorial y pagó un extra a quienes mantiene en la nómina estatal o “secreta” del área de prensa para que se excluyera de la agenda de la “opinión pública”, las acusaciones por acoso, hostigamiento sexual, violencia de género, trata de blancas y pornografía sexual, que la jueza Ana Karina Aragón Cutiño enderezó contra Enrique Inzunza Cázarez, secretario general con licencia y candidato de Morena al Senado de la República.
En esa misma ruta, la propia candidata presidencial de “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum Pardo, en abierta contradicción a su discurso de defensa de las mujeres acosadas o víctimas de violencia, “certificó” la candidatura de Enrique Inzunza, generando repudio entre los fundadores y militantes de Morena. Es el caso de Jesús Estrada Ferreiro, quien está metido de lleno en el proyecto electoral del Partido del Trabajo y ha calificado al gobernador Rubén Rocha de una persona “mala, perversa, maldita y sin escrúpulos”.
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En la más reciente gira de Claudia Sheinbaum por Sinaloa la atención de los periodistas de la ciudad de México y de los ciudadanos de Sinaloa y el país no se centró en el discurso y la conferencia de prensa que ofreció por consideran que es el mismo sermón que repite todos los días, sino en el trato que daría al candidato rochista Enrique Inzunza porque de ahí se desprendería la lectura si en realidad apoya o no a las mujeres del país contra quienes las acosan o violentan.
Claudia Sheinbaum se exhibió sin pudor con Enrique Inzunza, pero no dejó que entrara a su conferencia, quizá temerosa de que el tema de la acusación de la jueza Ana Karina Aragón Cutiño la rebasara y la exhibiera como protectora de un acusador sexual; sin embargo, en los templetes instalados en Los Mochis, Culiacán y Mazatlán, exteriorizó sus cariño hacia el candidato senatorial mandando una pésima señal a las mujeres del país y Sinaloa.
En Mazatlán no bailó «el violador eres tú», pero si estuvo a punto de danzar al compás de la música de banda con Enrique Inzunza, pero fue “salvada” por la candidata al Senado Imelda Castro Castro, quien la abrazó y la meneó y en una de las vueltas Claudia Sheinbaum cayó ante la mirada impasible de Inzunza que no hizo ningún intento por levantarla. El periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de Reportero escribió: “un tropezón y una caída, salvaron a Claudia Sheinbaum de una imagen que la hubiera perseguido por mucho tiempo”.
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