¿Paraíso laboral?

Salvador Guerrero Chiprés

La protesta en Canadá de más de 100 migrantes por las condiciones de explotación laboral a las cuales fueron sometidos muestra una modalidad transnacional de la Trata de Personas urgente de visibilizar y denunciar.

Esta forma de explotación implica captación, transporte, traslado, recepción de personas empleadas y sometidas bajo amenazas, uso de la fuerza, engaños o abuso de poder.

Estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo indican que en el mundo podrían ser hasta unos 25 millones de víctimas.

Los datos del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, basados en reportes nacionales e internacionales a la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas (LNCTP), 800 000 5533, indican que el trabajo forzado y la explotación laboral representan el 36 por ciento de las atenciones, por debajo de la prostitución ajena y otras formas de explotación sexual con el 56 por ciento.

En su estrategia de enganche, los tratantes explotan la necesidad de empleo. Ofrecen trabajos atractivos, con sueldos competitivos en países que, en apariencia, posibilitan mejores condiciones de vida.

El análisis de las atenciones en la LNCTP permitió, desde hace dos años, identificar un esquema relacionado con los “au pair”, empresas que operan intercambios culturales para mujeres jóvenes con familias de Canadá.

Luego de viajar a ese país con la oferta de aprender inglés en una escuela y trabajar como niñeras con una familia, las condiciones iniciales no son las prometidas. Las horas de trabajo resultan mayores a las de estudio y las víctimas son obligadas a realizar actividades de limpieza sin remuneración.

Las y los migrantes que se manifestaron la semana pasada frente a la oficina de Inmigración canadiense, en Montreal, expusieron una situación similar a mayor escala. Denunciaron que fueron engañados por una agencia de empleo llamada Trésor y la empresa Newrest, prestadora de servicios a aerolíneas.

De acuerdo con los relatos, las víctimas provienen de México, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Argelia, Túnez y Marruecos. En el caso de las mexicanas, fueron enganchadas en una feria de empleo en Querétaro donde les ofrecieron trabajo con todos los permisos necesarios, pagarles el vuelo y su estancia.

La realidad resultó diferente: no tenían permiso de trabajo y laboraban sin horario ni pago. El paraíso laboral prometido no fue tal.

Los reclamos se presentaron el contexto de una demanda de acción colectiva iniciada en octubre por el Centro de Trabajadores Inmigrantes, según la cual más de 400 personas fueron atraídas a Canadá con falsas ofertas de trabajo.

El combate a la Trata de Personas requiere esfuerzos conjuntos a nivel nacional e internacional tanto en acciones legales como en apoyo integral a las víctimas.