Niñez mexicana carece de comprensión en la materia de civismo en conceptos como democracia: evaluación de Mejoredu

Eréndira Aquino

En México, la actual generación de niños y jóvenes que estudian la primaria y la secundaria carecen de dominio sobre conceptos como justicia, democracia y apego a la legalidad, de acuerdo con una evaluación aplicada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).

El diagnóstico sobre aprendizajes del ciclo escolar 2022-2023 señala que, de la materia de civismo, los temas con menor comprensión por parte de los estudiantes son la participación de manera honesta e informada en decisiones colectivas, la libertad de expresión, la organización ciudadana, la importancia de cumplir con las leyes y la diferencia entre situaciones justas e injustas.

Los resultados muestran que el mayor porcentaje de aprendizaje sobre “Ciudadanía democrática, comprometida con la justicia y el apego a la legalidad” se encuentra en segundo de primaria, con 57.1%, pero a partir de del tercer año de este nivel educativo la comprensión de estos temas disminuye, llegando a su menor nivel en quinto año (33%). Para cuando salen de secundaria, el entendimiento llega solo al 37.4%.

Violencia e impusas, favorecen incompresión de temas como impunidad

Especialistas en infancias y educación señalan que estos resultados son un reflejo de la violencia generalizada y la impunidad que se han normalizado en la cultura política mexicana, así como del aislamiento por la pandemia y la falta de continuidad en la enseñanza de temas relacionados con civismo.

“El sistema escolar es un espacio muy importante de socialización e incorporación de valores, pero lamentablemente lo que hemos viviendo en las últimas décadas —pero especialmente después de la pandemia— es un deterioro en la comunidad educativa, es decir, entre docentes, familias y los estudiantes, eliminando las redes de socialización positiva y de confianza en las escuelas”, explica Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.

Este deterioro en la convivencia se ve reflejado en violencia escolar: tan solo entre 2019 y 2022, los registros de lesiones de la Secretaría de Salud señalan que 558 personas de entre 1 y 17 años fueron atendidas en hospitales del país por violencia física en escuelas, principalmente en la Ciudad de México (15.9%), el Estado de México (11.6%) y Guanajuato (11.5%).

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La comprensión de lectura y de textos es otro tema que abordó la evaluación. Foto: Cuartoscuro/Archivo

De estas, 232 fueron atendidas en hospitales por violencia de tipo sexual, siendo mujeres el 78% de las víctimas y 22% hombres, la mayoría de ellas en el Estado de México (25.4%), Guanajuato (15.9%) y Chihuahua (12.9%).

Un ambiente que, según el análisis de Pérez García, es reflejo de la situación que se vive en todos los ámbitos de la vida en México.

“Los resultados tienen coherencia respecto al momento que estamos viviendo como país, llevamos más de 15 años en una guerra que ha dejado miles de personas asesinadas y desaparecidas, con niveles de impunidad que dejan a los niños y niñas ante un mundo adulto del que aprenden a normalizar la violencia y la falta de acceso a la justicia”.

Cómo afecta el ambiente social a la comprensión de materias de civismo

Francisco Landero, analista de la asociación Educación con Rumbo, señala que además del ambiente social que se refleja en las aulas, la falta de aprendizajes sobre estos temas es consecuencia de que, desde el 2000, “ha habido momentos en los que se ha desaparecido la materia de civismo, aunque después se volvió a incorporar, pero con menos horas de estudio, lo que lleva a una falta de continuidad pedagógica que crea desajustes que se transmiten en las generaciones de alumnos y maestros”.

“La materia se ha ido abandonando y eso se ha traducido en que se dejen de tratar temas importantes, como para qué sirven las leyes y cuál es su importancia, algo que a corto plazo no parece tener consecuencias, porque no hay indicadores inmediatos, pero a la larga vemos cómo se va perdiendo el Estado de Derecho”, agrega Landero.

Otros temas relacionados con cívica y ética que muestran bajos aprendizajes en la prueba de Mejoredu son: el respeto, aprecio y cuidado de la dignidad humana; tradiciones y costumbres de sus comunidades; diversidad étnica, social, cultural, de capacidades y de género; relaciones con empatía, solidaridad y compromiso para la construcción de una cultura de paz.

Lectura y matemáticas, sin mejores resultados

Además de evaluar los aprendizajes de cívica y ética, el diagnóstico de Mejoredu también muestra niveles bajos en el entendimiento de los estudiantes en las materias de lectura y matemáticas.

Lectura fue la materia en la que se encontraron los mayores porcentajes de aprendizajes, con 61% en segundo de primaria, llegando a un mínimo de 38.8% en cuarto grado, y terminando la secundaria con 48.8%.

“Hay una carencia de conocimientos básicos en los alumnos de primaria, que para quinto año no pueden diferenciar una noticia de otros textos, ni comprender el contenido de la misma o diferenciarla de un artículo de opinión; en primero de secundaria, los jóvenes no saben resumir el contenido de textos como entrevistas, ni diferenciar géneros literarios, y en cuanto a la fluidez de la lectura los resultados están apenas por arriba del 60%, o sea, que apenas y pasaron de panzazo”, comenta Francisco Landero.

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Estudiantes con sus nuevos libros de texto. Foto: Cuartoscuro/Archivo

Cómo están los estudiantes mexicanos en nivel de lectura

Por aspecto de lectura evaluado en el diagnóstico de Mejoredu, el aprendizaje con menor puntaje fue el análisis de estructura de textos, con 63.2% en segundo de primaria y 49.2% al salir de secundaria, seguido de la integración de información e inferencias, que pasa de 60.3% a 47.2% entre los mismos grados escolares.

El aprendizaje con menor puntaje fue el de localización y extracción de información, que pasó de 58% en segundo de primaria a 49.3% en tercero de secundaria, aunque en todos los casos, los aprendizajes relacionados con lectura fueron decreciendo conforme los estudiantes avanzan de grado.

En matemáticas se observa la misma tendencia de baja en los aprendizajes conforme avanza el grado escolar: en segundo grado de primaria, el puntaje alcanzado fue de 57.3%, porcentaje que alcanza su mínimo en quinto año, con 32.8%, y termina con 36% en tercero de secundaria.

“En esta materia de plano los niños salen reprobados; en quinto de primaria, que es el grado con menor puntaje, no saben ordenar fracciones, no saben hacer operaciones aritméticas, ni identificar con claridad los diferentes tipos de polígonos de acuerdo a su número de lados”, destacó Landero.

Por temas evaluados en matemáticas, “forma, espacio y puntaje” fue el que obtuvo menor puntuación, con 53.8% en segundo de primaria y 35.8% en tercero de secundaria, mientras que “número, álgebra y variación” pasó de 60.6% a 35.8% entre los mismos grados escolares.

El tema con mayor comprensión en segundo de primaria fue el análisis de datos, con 62.6%, sin embargo, este fue el que para tercero de secundaria tuvo el menor nivel de aprendizaje, con 32.9%.

Urge plan  emergente en temas de civismo, advierten

Para la asociación Educación con Rumbo, estos resultados son preocupantes, porque muestran que “estamos condenando a los niños y jóvenes a la ignorancia, y con ello a reproducir círculos de violencia, desigualdad y pobreza que solo podrán romperse con un verdadero compromiso con la educación”.

Por ello, Landero considera que es urgente que las autoridades educativas “emitan un plan emergente, tomando como base estos resultados y con pedagogías útiles, centradas en conocimientos focalizados, porque quedarnos solo con este diagnóstico es no asumir el reto de lo que nos plantea”.

El especialista lamenta que esta prueba no esté diseñada para que sus resultados puedan compararse con años previos, y que con el cambio del modelo educativo que desapareció las materias para dar paso a campos formativos tampoco será posible hacer un análisis comparativo a futuro; sin embargo, espera que con ello se establezcan los principios de los cuales partir para fortalecer los conocimientos menos desarrollados.

En lo que respecta a la educación cívica, Juan Martín Pérez dice que “no es un tema perdido, y seguramente se va a ir recuperando con el tema presencial y los desafíos que deben enfrentar en cada contexto”.

Sin embargo, considera que aún cuando para este ciclo escolar que comenzó el 28 de agosto se presentó “una nueva currícula progresista”, esta no resolverá por sí sola un problema que tiene que ver con la cultura interiorizada por adultos y niños en México.

“El cambio vendrá cuando desde el mundo adulto cambiemos de paradigmas, necesitamos hacer un esfuerzo intencionado de escucharlos y hacerlos partícipes de un escenario de cambios. De otro modo —afirma el especialista—, continuaremos viendo generaciones de niños, niñas y adolescentes que no tendrán los conocimientos ni la experiencia que les permitan construir una realidad mejor”.