Emiten estampilla postal por 100 años de escudo y lema de la UNAM

Fernando Camacho Servín 

Desde el momento de su creación, hace un siglo, el escudo y el lema de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han definido la vocación latinoamericanista de la máxima casa de estudios y su existencia como un espacio de pluralidad y diversidad, cuya labor debe estar fundamentalmente al servicio del pueblo que le da sustento.

Así afirmaron las autoridades de la UNAM y de la Ciudad de México durante la ceremonia realizada ayer en el Palacio de Minería para la cancelación de una estampilla postal que conmemora los 100 años de ambos símbolos universitarios.

La jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, destacó que al crear en 1921 el actual escudo de la universidad y su lema, “Por mi raza, hablará el espíritu”, el escritor y educador José Vasconcelos reflejó la importancia que para él tenía el “sueño bolivariano” de unificar a América Latina.

Cohesión a su comunidad

“La UNAM adopta este emblema que inspira a recuperar las tradiciones de nuestros pueblos, que promueve la fraternidad, la solidaridad en nuestro continente, sobre todo con respeto a la pluralidad y la diversidad de ideas, poniendo la educación como eje fundamental del desarrollo de las naciones”, destacó.

Luego de subrayar la gran variedad de opiniones y puntos de vista que hay en la Universidad Nacional Autónoma de México, Sheinbaum Pardo recordó la trascendencia de que sea una institución pública donde han sido formados millones de estudiantes del país, pero también de otras naciones.

Por su parte, el rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue Wiechers, se unió a los festejos por el centenario de dos de los símbolos más importantes de la universidad, y saludó que la efeméride sea marcada con la emisión de un timbre postal, que son “obras de arte en miniatura”.

Ambos emblemas “son un símbolo que dan cohesión a la comunidad universitaria y alimenta el espíritu colectivo como símbolos de autonomía, firmeza y pertenencia. Una vez más, con mucho orgullo, y como hace 100 años decimos, ‘Por mi raza hablará el espíritu’”, puntualizó Graue, quien cerró el acto protocolario con la tradicional Goya.

Publicado en La Jornada