La Jubilocracia Universitaria y los grilletes de los perversos

¿Se imaginan los universitarios en activo una Universidad Pública controlada por sus jubilados? ¿En qué estado de desorden caería la Universidad Autónoma de Sinaloa si se dejara mangonear por sus empleados retirados o si sus autoridades estuvieran obligadas a aceptar las opiniones, por más estúpidas que fueran, de quienes ya no son universitarios en activo?  

En ninguna Universidad del mundo los jubilados ponen Rectores ni marcan las agendas de las instituciones educativas en las que prestaron sus servicios.  En ninguna.     

Si esa es una verdad: ¿Qué intereses mueven a los “periodistas” que sabiendo que los jubilados jubilados son y que no tienen ningún derecho a participar en la vida interna o activa de la UAS difunden sus mentiras como si se tratara de verdades plenas? ¿Dónde queda el rigor periodístico de quienes, con los mismos conceptos, medias verdades o falsedades completas difundidas por un grupito de 5 jubilados, construyen perversamente “imaginarios informativos” para que la sociedad crea que la Universidad está secuestrada? 

En la mayoría de los medios de comunicación, la principal “fuente” de los comentarios, artículos y aparentes “análisis” en contra de la UAS, son cinco jubilados que nunca en su vida activa destacaron por su sapiencia y que ahora, en su senilidad, caprichos y “tendencias” propias de la tercera edad, propagan opiniones catastróficas sobre la máxima casa de estudios: no cambian su chip cerebral, adheridos a viejos pensamiento, impulsos o imágenes que les provocan una ansiedad significativa.  

Lo que comentan en algunos medios son refritos o repetición constante del “trazo del proyecto” de los viejitos jubilados que festejan sus perversidades. Publican el estribillo, el sonsonete de esos ex trabajadores universitarios, sin quitarle puntos ni comas, y los firman como si fueran artículos o columna de la cosecha propia de los “analistas”, como si se tratara de opiniones originales que no merece ser refutadas.  

¿Por qué nadie de los escribanos se percata que la Universidad Autónoma de Sinaloa es acosada, de años atrás a la fecha, por un grupúsculo de ex empleados que pretender imponer su ley: la Jubilocracia Universitaria?  

¿Es insuficiente la inteligencia de los «analistas» como para no darse cuenta que un grupillo de jubilados quiere meterse al proceso de selección de Rector y ejercen presión mediática para marcar la agenda universitaria y que, violando la autonomía, procura secuestrar la Casa Rosalina, construyendo con el apoyo de sus “amigos periodistas”, un escenario ficticio, irreal para despejar el campus y secuestrar a la máxima casa de estudios? 

Los cinco jubilados son Arturo Santamaría Gómez; Ana Luz Ruelas Monjardín; Ernesto Hernández Norzagaray; Carlos Karam Quiñónez y Teresa Guerra Ochoa.  

Siempre es ese mismo grupillo de jubilados o “grillos” asesorados por esos jubilados los que aparecen con proyectos de “reforma”, reingeniería y falso rescate de la UAS y como nadie les hace caso difaman y atacan a la institución (ingresa a la nota 15 años difamando a la UAS y se dicen difamados

Porque así lo quieren y lo pidieron los jubilados, ahora se difunde que “lo más prudente” sería nombrar una Comisión para darle confiabilidad al proceso de elección del Rector de la Casa Rosalina. Los jubilados, víctimas de esclerosis mental, no se han dado cuenta de que la UAS fue dotada de un moderno mecanismo-proceso de selección para elegir a sus autoridades, más participativo y democrático que los métodos de elección de Rectores que aplican en la UNAM, el IPN, la Universidad Autónoma de Occidente, etcétera. 

Observando bien, como si se tratara de un Observatorio, los cinco jubilados quieren enganchar a los universitarios en activo en su falso “manifestó” o discurso de eso de rescatar a la UAS y de que el reto de Rubén Rocha y la 4T es liberarla o agregarle grilletes, cuando la Universidad ya fue liberada de las “mafias internas” que hasta asesinaron al director Jurídico de la institución, Enrique Ávila Castro, en un vano intento por conservar sus privilegios.  

En la UAS los universitarios rechazamos la jubilocracia, no comulgamos con la idea de un gobierno de jubilados y del exterior, y deseamos continuar con el firme proyecto de darle continuidad al rescate de los valores, de fortalecer lo académico, promover la libertad de pensamiento, y de liberarla, sí, pero de quienes, desde afuera, del exterior, procurar imponer la agenda de la institución colocándoles grilletes perversos por medio de difamaciones y calumnias. 

Rubén Rocha debe saber que en la transformación de Sinaloa debe ir incluida la transformación de la UAS, lo cual significa darle todo su apoyo, en el marco del respeto de su autonomía, para que desarrolle sus actividades y siga cosechando frutos; lo que quiere decir, también, respeto y respaldo a los trabajadores en activo de la Casa Rosalina por encima de cualquier conspiración externa, como la de los jubilados. 

Los universitarios repudiamos la jubilocracia y nos avergüenza que cinco jubilados de la institución destilen lodo contra la UAS porque no se les cumplen sus caprichos o porque traen pegado un chip, atrapados por una obsesión enfermiza: querer imponer Rector, sin darse cuenta de que su tiempo ya paso, que son historia, y que han tomado el camino equivocado: pretender destruir un proyecto universitario que ha ganado prestigio a nivel nacional e internacional y que ha servido para forjar profesionalistas de excelencia. 

Cuando los años pasen, esos personajes serán recordados por pretenden instalar en la UAS una Jubilocracia, apoyados por fuerzas políticas electorales que de llegar al poder marcarían un retroceso para las Universidades Públicas Estatales de Sinaloa (Los Zamora lucran con la educación y abrirán Universidad privada en Los Mochis). Porque es cierto, esos jubilados se montaron en un proyecto anti-Universitario, el que dirige el candidato del PRI-PAN-PRD, Mario Zamora Gastélum, para el cual trabajan porque ven en él apoyo para imponer en la UAS un gobierno de y para los jubilados.  

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