El perverso montaje de la intimidación

Siempre es el mismo sonsonete. El guion no lo han cambiado; el montaje de la persecución, del atentado la libertad de expresión, de la intimidación, de que son vigilados, es su fuerte, los únicos argumentos que les quedan y que usan después de sus campañas de difamación y calumnias. Acusan para blindarse y victimizarse. 

Siempre es lo mismo: en la UAS ya saben cómo actúan y en la policía preventiva, en la Ministerial y en la Fiscalía General del Estado son de sobra conocidos. “Ahí vienen otra vez los locos que dicen que son perseguidos e intimidados”, dicen los agentes al mismo tiempo que sueltan la carcajada. Y es que nadie se las cree. 

Han repetido una y mil veces el mismo cuento que en la Universidad los tildan de locos, pero no lo están tanto, pues obedecen a un plan fríamente calculado para hacer daño político y deshonrar.  

La ex diputada y jubilada de la UAS, María Teresa –La Tere- Guerra Ochoa, hasta parece que tiene un “Doctorado Autovictimización” y no hace malos quesos en esos menesteres Arturo Santamaría Gómez, otro jubilado, que tuvo sus años de gloria como consejero del Instituto Estatal Electoral. Siempre que todo le sale más, que sus difamaciones y calumnias no funcionan terminan llamándose “intimidados”, perseguidos o amenazados. Es la misma película de siempre 

¿Y adivine a quien culpan? Le adivinó: a Héctor Melesio Cuén Ojeda, el ex rector de la UAS en el que piensan día y noche y el que los nutre de energía para seguir en el plano terrenal. Cuén Ojeda es la razón de la existencia de estos “curiosos” personajes que son el hazmerreír de la clase política y la comunidad uaseña. 

La Tere Guerra y otros miembros del “cártel de los enfermos”, cinco jubilados de la UAS -para vergüenzas no gana uno-, tomaron la decisión en este proceso electoral de apoyar la candidatura de Mario Zamora Gastélum, candidato del PRI-PAN-PRD al gobierno de Sinaloa.  

No se sabe que le vendieron a Mario para que los contratara, pero el caso es que sacaron sus “cartuchos quemados” y comenzaron a bombardear a Rubén Rocha Moya y Cuén Ojeda. Las acusaciones no surtieron impacto porque son más viejas que Matusalén. Son las mismas mentiras de siempre. 

El caso es que la Tere y su pandilla concentró sus ataques en la UAS intentando influir y “romper” el proceso de selección del Rector, pero ¡oh, sorpresa!, nadie los tomó en cuenta por una sencilla razón: no tienen ningún derecho a involucrarse en la vida interna de la Casa Rosalina. El Consejo Universitario le dio el respaldo a Jesús Madueña Molina para que asumiera la Rectoría y eso los re-enloqueció. 

En el proceso electoral Constitucional nadie los toma en cuenta: resultaron un fiasco o fraude periodístico porque le vendieron a Mario Zamora “gato por liebre” ya que sus artículos en vez de restarles simpatías a Rubén Rocha Moya y a Cuén Ojeda les sumaron y multiplicaron adeptos. 

Como nada les sale bien, la Tere Guerra y Ernesto Hernández Norzagaray recurren a lo de siempre: a llamarse perseguidos, intimidados y otras “yerbas aromáticas”, cuento viejo que nadie cree. Y es que son tan predecibles que ya se esperaba que se llamaran víctimas y que culparan de sus desvaríos a Cuén Ojeda. 

Son tan predecibles que sus acusaciones de “vigilancia” e intimidación serán replicadas y replicadas por ellos mismos y por quienes desde el NOROESTE y otros medios le tupen al proyecto de Rubén Rocha Moya y a su aliado Héctor Melesio Cuén. Buscarán como siempre lo han hecho, voces o apoyo “popular” para que exijan ¡justicia! y las difundirán en calidad de falsas víctimas… 

Después, con ese montaje mentiroso, pedirán el apoyo de la CEDH, irán a la Fiscalía y a Artículo 19 a pedir su intervención. Y NOROESTE le dará vuelo a su acusación, producto de mentes enfermas. Así ha sido siempre, pero…. 

Esa cantaleta ya no funciona 

¿Cuántas veces han usado esas mentiras? 

Los universitarios y la sociedad ya perdieron la cuenta. 

La realidad es que en la UAS no son tomados en cuenta 

Se echan aire y se dan más importancia de la que tienen 

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