Surge nuevo sindicato para defender derechos laborales del programa Cátedras Conacyt

Nelly Toche

Ya registrado ante la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, el miércoles 10 de marzo se dio a conocer la creación del Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras Conacyt (Siintracátedras).

De acuerdo con sus miembros, esta organización surge a partir de percibir un riesgo de vulneración de los derechos laborales de sus investigadores y a la suspensión de convocatorias en la permanencia del programa Cátedras Conacyt, creado en el 2014 por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología con el propósito de abrir el mercado laboral para los jóvenes científicos mexicanos, frenar la “fuga de cerebros”, y repatriar a científicos que ya hacían ciencia de primer nivel en el extranjero.

En entrevista para El Economista, Carolina Robledo, representante del Siintracátedras e  investigadora del CIESAS, explica que se decidió un sindicato porque esta es la vía legal que existe constitucionalmente para defender los derechos laborales, “aunque existe la posibilidad de ser una organización civil u otro tipo de agrupación, los sindicatos están hechos para la negociación de un contrato colectivo de trabajo y a partir de ello la dignificación, que es lo que se quiere lograr”.

En los últimos años, el número de cátedras del programa se ha venido reduciendo, según demuestran los datos publicados en la página del Conacyt: en 2018 existían 1,500 catedráticos asignados a 982 proyectos de investigación, mientras que en 2020 se contabilizan 1,076 catedráticos asignados a 664 investigaciones.

De manera particular se trata de llegar a una basificación, porque hasta ahora este grupo de científicos cuenta con un contrato que a su parecer genera mucha incertidumbre laboral, “somos considerados de manera errónea personal de confianza; claramente esto hace que nuestra estabilidad laboral se encuentre en riesgo porque este tipo de plazas no solo están sujetas al presupuesto anual, sino a la finalización del programa por alguna decisión política, lo que queremos es garantizar la continuidad de este programa, porque creemos que hace una contribución muy importante a la ciencia de este país”.

De acuerdo con Robledo, la doctora María Elena Álvarez-Buylla hizo un llamado para conversar con los catedráticos en el 2019, “en ese momento se tuvo un diálogo muy nutrido en el que se comprometió a ajustar el programa para garantizar formas de estabilidad laboral”, incluso la representante del Conacyt ha reconocido abiertamente que se trata de un programa paliativo frente a la gran pérdida de posibilidades de empleo para los investigadores, aunque tampoco se tiene la certeza de que haya intención de eliminar el programa, lo cierto es que desde que fue formulado se configuró como un programa temporal en el que con los años cada centro de investigación o universidad absorbería la plaza.

Pero en realidad esto no está pasando, pues estos espacios son autónomos en las decisiones sobre la contratación y tienen otros procesos, además hay un notorio desmantelamiento de los presupuestos y posibilidades de crecimiento, “se congelaron las plazas hace muchos años en estas entidades y somos más de 1,000 catedráticos, no es fácil que de un día para otro las instituciones nos ofrezcan plazas cuando ellos mismos no han tenido posibilidades de crecer”.

Con este esfuerzo, el nuevo sindicato pretende igualar las condiciones frente a sus pares, “ellos tienen, primero, el derecho a sindicalizarse, lo que les permite negociar anualmente un contrato colectivo de trabajo frente a la inflación, pero también la oportunidad de ir construyendo una carrera académica, lo cierto es que para ello se requiere un largo plazo y necesitamos garantizar esta posibilidad”.    

Este sindicato surge con el objetivo de que paulatinamente se sumen más catedráticos para que formen parte de este esfuerzo colectivo; aun así, Robledo asegura que se tiene suficiente representatividad para sentarse a negociar con el Conacyt un contrato colectivo de trabajo, “es importante que los colegas sepan que estamos haciendo esto por todos, para que las condiciones laborales mejoren”.

No repetir los vicios de los sindicatos tradicionales

La representante del Siintracátedras asegura que este ejercicio también trata de reivindicar el legado de generaciones de investigadores anteriores, que han sido tan activos en la defensa de los derechos laborales.

“Hoy mismo lo están demostrando con todo su posicionamiento frente a los golpes más recientes que está sufriendo el campo de la ciencia en este país”. Carolina Robledo dijo que todos los beneficios laborales han sido conquistas de esfuerzos colectivos, “nada ha sido regalado y es necesario para las nuevas generaciones organizarnos y revisar el sindicalismo que también ha sido estigmatizado y mal calificado”.

En este sentido, agregó que habrá que revitalizar y reivindicar la figura sindical, “hacerlo de otro modo, porque también confiamos en que podemos establecer otras formas de hacer política y sindicalismo, de una manera más transparente horizontal, democrática, sin repetir los vicios de los sindicatos tradicionales”, remató la representante.

Publicado en El Economista