En Sinaloa, los barones del dinero contrataron periodistas e “intelectuales” para intentar parar en seco la candidatura de Rubén Rocha Moya, alquilando también algunas voces universitarias pro-priistas con disfraz de morenistas. La orden es replicar la “Operación Berlín”, con la cual pretendieron derrumbar el proyecto de AMLO en el 2018; la investigación sobre al UAS ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador derrumbó el mito de la Universidad-Partido y la ubicó como una institución de excelencia académica y como la primera que ajustó sus programas y su andamiaje financiero-administrativo a las normas de la transformación educativa del gobierno obradorista.
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El gobernador Quirino Ordaz Coppel estalló en cólera y desató toda la furia contra la alianza PAS-Morena. Ordenó a sus amanuenses frenar a Rubén Rocha Moya en su proyecto por la gubernatura de Sinaloa. El PAS afianza el triunfo de Morena y su candidato.
El olor a cementerio político impregna el Tercer Piso del Gobierno del Estado y el “cuarto de guerra” del PRI-PAN-PRD: “¡hagan algo; nos están enterrando vivos” !, es el grito desesperado.
La alianza PAS-Morena es el anuncio de la “muerte anunciada” del proyecto de Carlos Salinas de Gortari-Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade que quieren de gobernador a Mario Zamora en Sinaloa.
Participación estratégica
Los rostros de Héctor Melesio Cuén y Rubén Rocha Moya, en la fotografía del anuncio de la candidatura común a favor de Rocha, lo dicen todo. Se ve a un Cuén seguro, firme, al lado de Rocha que saborea anticipadamente el triunfo electoral. Fracasó el intento del gobernador de dividirlos. Pero insiste.
Héctor Melesio Cuén y su partido, el PAS, participarán estratégicamente a favor de Morena. Contra la versión de Quirino Ordaz de que Cuén pudiera perder el partido, el líder del PAS saldrá fortalecido ayudando al cambio, al involucrarse en un hecho histórico: quitarle el poder a la nomenclatura priista. No hay ni posibilidades ni probabilidades de que desaparezca el PAS.
Los votos contarán solo para las siglas por el cual se cruce la boleta. De entrada, ahí, hay una ventaja para el PAS: medirá su fuerza también en el proceso electoral; mientras Morena trae una intención de voto de varias décimas en porcentaje, el PAS ayudará a consolidar el triunfo. Ambas marcas son insuperables. Morena-PAS son dinamita electoral.
En la candidatura común gana Rocha y Morena y gana el PAS y Cuén. Es una alianza ganadora que derrumba los mitotes tejidos antes de concretizar el anuncio de la unión, que echa por tierra falsas versiones sobre el reparto de candidaturas a alcaldes y diputaciones. Las jugadas “informativas” fallaron.
La fortaleza de Cuén y Rocha
De entrada, Cuén gana al bajarse de la candidatura a la gubernatura y darle el respaldo a Rocha. El PAS le manda así un mensaje a López Obrador de que no es un partido creado para enfrentar al presidente ni para derrumbar el proyecto de la Cuarta Transformación, sino para participar en la construcción del nuevo Sinaloa, estado apoderado por una camarilla mafiosa, cuyos tentáculos se extienden al control de los medios de comunicación.
Cuén Ojeda se fortalece y así lo ve su gente. Ayudar a Rocha a ganar la gubernatura es la mejor opción, aunque Quirino Ordaz maneja la mafufada de que esto permitirá a los adversarios internos de Cuén a quitarle el control de la universidad. Rocha y Cuén saben que la Casa Rosalina se rige por nuevas normativas y de que la UAS es una cosa y el PAS otra.
Entienden que, desde afuera, en el Tercer Piso del gobierno del estado, es donde se fabrican los “nuevos” y falsos escenarios contra la UAS con un afán perverso de coartar el derecho a la participación política de los universitarios que no comulgan con el PRI, el PAN ni el PRD ni otros partidos y que van en la ruta de apoyar a Morena.
Rocha mandó, con la candidatura común, con la alianza con el PAS, un aliento a los sinaloenses, una esperanza de cambio real, de que sí va a transformar Sinaloa, primero derrotando a la alianza PRI-PAN-PRD y luego arrancando de las entrañas de Palacio de Gobierno a la élite que por años ha mamado del presupuesto estatal enriqueciéndose a más no poder.
La UAS con presidente de la República
Rocha y los morenistas basaron su campaña del 2018 precisamente en acusar al gobierno corrupto del PRI-PAN-PRD y sus aliados. El PAS participó en las elecciones alejado del PRI, del PAN y del PRD. En la contienda surgió la discusión sobre el futuro de la UAS. Los grupos externos aprovecharon el espacio electoral para intentar demonizar a la institución.
Después de las elecciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó hacer una investigación de la UAS, que concluyó que el PRI-PAN-PRD habían fabricado, con el apoyo de falsos intelectuales que aún maman de la Universidad, una imagen perversa en torno a la institución.
La indagatoria arrojó que en la UAS no hay actos de corrupción ni asomo de secuestro político, que opera con plena autonomía o autonomía plena y de que sí, sí había gente y la hay que intenta secuestrar a la UAS, pero se aclaró de que se trata de una camarilla externa, foránea, que ha intentado usar a la UAS para lanzarla contra Morena, contra el propio presidente de la República y contra la Cuarta Transformación.
Se determinó que el plan de Quirino Ordaz Coppel era “jugar” manoseado el cuento viejo de la UAS y tomar por asalto el PAS, en donde militan algunos universitarios no afines al PRI-PAN-PRD, para usar a este partido contra el Presidente y la 4T. Pero le fallaron las estrategias.
La ultraderecha y el ataque
Los enemigos de la Cuarta Transformación, la ultraderecha y los “ideólogos conservadores”, se reagrupan. En Sinaloa firman contrato las mejores “plumas” para impedir que el candidato de López Obrador llegue al Palacio de Gobierno de Sinaloa. Son contratados también falsos líderes sociales para atacar a Morena y al PAS.
Morena-México identificó dos medios de comunicación sinaloenses “contratados” para bombardear el proyecto de la Cuarta Transformación, poniendo en práctica las mismas técnicas de la “Operación Berlín”.
En la asonada sobresalen Quirino Ordaz Coppel que usa los recursos públicos para el sostenimiento de la nómina de esos medios, cuyos columnistas y “analistas” lo tratan a él como si se tratara de un semidiós. La paga es con dinero del erario público.
El editor, profesor, literato y traductor, Ricardo Sevilla Gutiérrez, aportó detalles de la “Operación Berlín” operada del 2016 al 2018 contra Andrés Manuel López Obrador para descarrilar su candidatura. Tatiana Clouthier escribió el libro “Juntos Hicimos Historia” donde relata las perversidades de la conspiración periodística.
En una especie de mea culpa, Ricardo Sevilla confesó:
“Durante poco más de 18 meses trabajé en el equipo de Enrique Krauze en una estrategia antilopezobradorista para que el actual Presidente de México no triunfara en las elecciones que, finalmente –y pese a la despiadada campaña sucia que elaboramos en su contra–, terminaría ganando.
En octubre de 2016 fui reclutado por Enrique Krauze, director de Letras Libres y pagado por Coppel, a través de la A.C. Colección Isabel y Agustín Coppel, una asociación que presume estar comprometida ‘con la investigación y difusión del arte contemporáneo’.
Desde que elaboré mi primera factura de pago, en enero de 2017, mi contacto con Coppel sería a través de Leticia Gámez, enlace administrativo de la firma Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC), AC. El operador de Enrique Krauze, Fernando García Ramírez, sería el encargado de ponerme en contacto con ella.
En una acción que me impresionó, Coppel, incluso, llegó a proporcionarme clave de proveedor en su propio portal para que yo pudiera expedir mis facturas.
Mi tarea principal consistía en elaborar materiales –que tenían una forzada careta periodística– para atacar la imagen del político tabasqueño. El rigor era mínimo. Se trataba, en el peor de los casos, de hacerlo parecer zafio, intolerante y, sobre todo, como un dictador”.
Una réplica de la “Operación Berlín” está en marcha en Sinaloa…
El objetivo es impedir el arribo de Rubén Rocha al gobierno de Sinaloa…
