La conspiración contra Rocha Moya

El alcalde de Mazatlán, Guillermo –El Químico- Benítez, lamentó que exista en el Comité Ejecutivo Nacional personas que están incrustadas y que “están destruyendo el movimiento. Primero lo querían perredizar; ahora quieren hacerlo pasista”, declaración que concede tácitamente al Partido Sinaloense la fuerza y penetración suficiente como para absorber a Morena en la contienda electoral. 

Bien. Un reducido grupo de diputados reeleccionistas bajo la sombra de la líder en Sinaloa de la “tropa loca” de René Bejarano -El Señor de las Ligas-, la Senadora Imelda Castro Castro, lanzó un “posicionamiento ante la propuesta electoral Morena-PAS en Sinaloa”, cuyo origen y destino tiene como propósito descarrilar la precandidatura de Rubén Rocha Moya al gobierno estatal y “sacudirse” al Partido Sinaloense por temor a que le arrebate posiciones y el escenario político electoral. 

En la “proclama” figuraron dos precandidatos de Morena al gobierno de Sinaloa: la ex perredista Imelda Castro Castro y Guillermo –El Químico- Benítez-, y dos que tres diputados federales y locales que aprovecharon la plataforma mediática con el propósito de “hacer ruido” para que los tomen en cuenta y los vuelvan a postular candidatos.  

1.- Imelda Castro Castro: Opera al interior de Morena la camarilla conocida como “la tropa loca” de René Bejarano –El Señor de las Ligas-. Su origen es el PRD, partido en el que forjó su carrera política siempre al lado de Juan Figueroa Fuentes (+). Imelda Castro y Figueroa laboraron en el gabinete de Malova (régimen del PAN-PRD-Convergencia), una en la Dirección de Agroindustrias de la Secretaría de Desarrollo Económico y el otro en una de las subsecretarías de Agricultura, Ganadería y Pesca, bajo el mando del también perredista Juan Guerra Ochoa. Llegó al Senado de la República como una concesión al grupo de René Bejarano -también de origen perredista-, quien fue secretario particular de Andrés Manuel López Obrador cuando éste fue jefe del gobierno del Distrito Federal (hoy Ciudad de México). 

2.- Guillermo -El Químico-Benítez: ha sido acusado de misógino, corrupción, peculado y nepotismo durante el ejercicio de sus funciones como alcalde. Sólo en los primeros seis meses de su gobierno, despidió a casi 240 trabajadores del Ayuntamiento y en su lugar contrató a casi 490 con lo que abultó la nómina. En la lista 33 personas contratadas tienen una relación familiar entre sí, incluyendo al alcalde y su esposa. Durante su administración el “Químico” Benítez Torres ha emitido 82 avisos para ausentarse de sus labores. Durante el año 2019 fueron 48, en el 2020 fueron 32 y 2 avisos en lo que va del 2021. En diciembre, el Tribunal Electoral de Sinaloa confirmó la sentencia contra el Químico Benítez por violencia de violencia política contra la Síndico procuradora Elsa Isela Bojórquez Mascareño. El presidente municipal creó la Operadora y Administradora de Playas Mazatlán para cobrar cuotas por el uso de las playas y darles empleo a sus amigos: solo en el 2018, el aparato burocrático de la nueva dependencia gastó 4 millones y medio, producto de la recaudación por pago de derecho de uso de zona federal. La Operadora comenzó a “trabajar” con 15 empleados, hoy nada más quedan 9. 

Imelda y el discurso viejo y ramplón 

Imelda Castro esgrimió los mismos argumentos que han venido planteado el “cartel de jubilados” en su arenga de rechazo a la virtual “alianza” entre el PAS y Morena para ir en las elecciones con candidaturas comunes. “No consentimos, ni guardamos silencio ante la posibilidad anunciada de diversas formas de unir electoralmente a Morena con el PAS…”, dijo. 

La perorata usada es la misma que por 15 años ha manoseado el “cártel de jubilados”, de origen y corte perredista y hoy trasladado por Imelda Castro con sus odios, amarguras y venganzas a Morena. El discurso fue idéntico a las falsas acusaciones que desde la exterior ha lanzado el grupúsculo que intenta secuestrar a la UAS y que bajo el ardid o cuento del “rescate” pretende regresar al alma mater al antiguo “régimen democrático”, en donde la toma de escuelas y edificios públicos, la borrachera, el chantaje y el manipuleo estudiantil, se colocaba por encima de lo académico y de las tareas de fomento de la ciencia, la cultura y el deporte.  

Vino después el ataque al PAS y a Cuén, igual, con los mismos usos y costumbres del “cártel de jubilados”, cuyos integrantes, en el ocaso de su vida, no perdonan, pegados al PRD y ahora a Morena, que el partido estatal se haya convertido en una fuerza política importante en Sinaloa, en un movimiento que representa la insurgencia ciudadana que participa en política para impulsar el verdadero cambio y la transformación de Sinaloa.  El discurso antiPAS y antiCuén rayó en el dislate. Cayó en las hondadas de la calumnia. 

La jubilada Tere Guerra Ochoa confirmó lo del discurso, lanzando temerarias acusaciones. Las mismas con que ha venido atacando a la UAS desde que se le puso alto y se montó una estructura jurídica para que no siguiera saqueando a la institución con las promociones de “demandas laborales”. El negocio se le acabó.   

Los efectos políticos del “pronunciamiento” 

No sorprende, de entrada, el “pronunciamiento” porque muchos de los rechazantes no son del equipo de Rocha Moya, y aún persiste la intención de que ruede su cabeza: Imelda Castro quedó resentida, dolida. René Bejarano -El Señor de las Ligas- le había prometido la candidatura de Morena. “El Químico” Benítez brama su mala suerte: jamás recibió y sigue sin recibir la señal del presidente Andrés Manuel López Obrador de que él es el elegido.   

El ataque ocurre a los días en que el presidente López Obrador y la Secretaría de Educación Pública reconocieron el esfuerzo de la Universidad Autónoma de Sinaloa y ordenaron el apoyo económico adicional para el pago de la última quincena de diciembre, bajo la condición de que revisara su modelo de jubilación dinámica, que representa para la UAS una carga económica de mil 500 millones de pesos. 

Ahora bien, si de lo que se trata es bloquear esa alianza con el PAS, hay que distinguir entre las alianzas nacionales y las estatales, la cuales está en manos del CEN y del candidato de Morena decidir. En Sinaloa Morena no tiene dirigencia estatal ni mandos municipales. Es improbable que la agenda de Morena se reduzca a las exigencias del grupo de René Bejarano.  

De manera inteligente, Rocha Moya tiene calibrado el peso de la “tropa loca” y sabe bien que ese grupo no le dará los votos que necesita para ganar las elecciones y que tal vez, en caso de que se opte por la reelección de sus integrantes, no se alcen con la victoria en sus distritos locales y federales. La radiografía de la administración municipal del “Químico” Benítez es de locura: es para perder cualquier elección.  

Cuén Ojeda seguirá trabajando por el PAS. El día 15 comienza sus encuentros digitales y con la sana distancia con grupos de la sociedad marcando la ruta de su precandidatura al gobierno de Sinaloa. El dirigente pasista se mueve con una sonrisa de oreja a oreja consciente de la fuerza electoral que representa. 

Al CEN de Morena y a la alianza opositora PRI-PAN-PRD les conviene una alianza en términos aritméticos electorales con el PAS, pues sus números van a la alza. 

El dirigente estatal del PAS puede mantenerse, para evitar desgastes innecesarios, como candidato a gobernador con altas probabilidades de ganar. La estructura del partido estatal es impresionante: cuenta con más de 145 mil afiliados y representantes y activistas a todo lo largo y ancho de la entidad. 

Y a la “tropa loca” de Imelda Castro le queda nada más el recurso de la difamación y la calumnia….   

 Richard Lizárraga Peiro

Publicado en Proyecto 3