La dañina gerontocracia

Con el propósito de imponer un gobierno de viejos –gerontocracia- en la Universidad Autónoma de Sinaloa, un grupúsculo, un átomo de un todo, los menos de aquellos que ya se fueron del alma mater, intentan arrebatarnos a los universitarios en activo derechos y obligaciones.

Quieren, de manera absurda, cínica y descarada, apropiarse de la competencia exclusiva de los universitarios en activo, realizando en espacios extramuros, en foros externos, propuestas de “reforma” a la Ley Orgánica de la UAS con el objeto de regresar a la institución a los tiempos de la anarquía.

Quienes pretenden “modificar” el estatus legal de la UAS son unos cuantos, una pequeña “mafia” de jubilados que sueñan con crear en la UAS un gobierno de viejos para los viejos: la gerontocracia en pleno, insultando la inteligencia y la capacidad de los trabajadores en activo, de todos los miembros del Consejo Universitario, máximo órgano deliberativo y decisión de la Universidad.

Preciso: ese grupúsculo intenta tomar por asalto los laudos que conciernen, en el marco de la autonomía universitaria, única y exclusivamente a los universitarios en activo.

En ese sentido va el “análisis” retorcido de José de Jesús Lara, titulado “Propuestas para una nueva Ley Orgánica en la UAS”. Un documento para causar risa, pero que además es una bofetada para los universitarios en activo y un engaño vil, rapaz, para la sociedad sinaloense.

En la línea de la falacia, Lara pretende vender la idea con su “propuesta” de que ha llegado la hora de la “democratización” de la Universidad, porque no encaja en sus intereses la estabilidad de la UAS ni su razón de ser. Propone así, varios puntos que reflejan que no conoce la vida interna, ni académica ni administrativa de la Universidad.

José de Jesús Lara propone:   

1.- La posibilidad de revocación del nombramiento de Rector a la mitad de su periodo en función de la evaluación de su desempeño. ¿Que ocasionaría esto?

El nacimiento de grupúsculos que se moverían para desestabilizar en lo administrativo y académico a la universidad para crear la percepción de un bajo desempeño del rector y anticipar su caída.

Alentaría la incursión de grupos externos al interior del campus –ya lo intentan hacer ese grupúsculo de jubilados con el apoyo de varios actores políticos de partidos tradicionales- para mover a los alumnos en la contralínea de los programas educativos y académicos para bajar el nivel de la Universidad para impactar desfavorablemente en el rector y provocar su “revocación”.

La propuesta 1 generaría desestabilización.

* En la UAS además el rector está bajo una constante evaluación de su desempeño, no es un agente libre, está sujeto a la normatividad de la Ley Orgánica de la Universidad.

2.- Requerimiento de una segunda vuelta en caso de que quien habiendo obtenido el primer lugar de la votación no logre contabilizar el 50% + 1 del padrón de los votantes (en ella participarían sólo el primero y segundo lugar).

¿Qué ocasionaría esto?

Regresar a las elecciones del pasado. De mano alzada. Todo el ciclo lectivo sería para atender no los programas de desarrollo educativo, sino para organizar y celebrar elecciones en cada una de las preparatorias, escuelas y facultades.

Sería retornar al viejo esquema de las elecciones donde proliferaban las borracheras, las carnes asadas y el cambio de votos por calificaciones.

La propuesta 2 también generaría desestabilización por partida doble con ese mecanismo de la “segunda vuelta”.

3.- Otorgar suficientes atribuciones al Consejo Consultivo y de Vinculación Social para que se realicen estudios rigurosos de seguimiento de egresados y su impacto en el mercado laboral a la vez que establezcan lazos con los sectores sociales, productivos y de servicio, incluido el gubernamental en la orientación de construir un sistema de innovación entre universidad-empresa-gobiernos.

La propuesta 3 refleja que Lara desconoce la Universidad.

* La UAS ya cuenta con las dependencias que realizan este trabajo y que dada su experiencia no únicamente innovan constantemente sino que han logrado construir lazos importantes de intercambio con los sectores productivos y sociales y con universidades de diferentes países del mundo.  

4.- Ampliar las facultades de la Consultoría Social Universitaria (o la instancia que corresponda) para que sea un auténtico Fiscal que audite los recursos financieros de la institución.

La propuesta 4 refleja también que Lara desconoce los procesos de fiscalización internos y externos de la Universidad.

* Ya opera un órgano de esta naturaleza. La UAS además rinde cuentas a la SHyCP y a la SEP y a la Auditoría Superior de la Federación y a la Auditoría Superior del Estado.

5.- Crear un órgano evaluador de todas las dependencias administrativas y académicas universitarias, incluido el desempeño de los funcionarios desde el rector hasta los directores de las unidades académicas; el propósito no es ser una instancia inquisitoria sino convertirse en un repositorio de insumos que realimenten la mejora continua del sistema de la universidad.

La propuesta 5 refleja también la ignorancia de Lara

* Ya existen estos órganos evaluadores lo cual le ha permitido a la UAS acreditar y certificar todas sus dependencias académicas y administrativas y todas sus unidades académicas. El rector en apego a la Ley Orgánica de la Universidad rinde sus informes periódicos los cuales son revisados por órganos colegiados competentes.

La Universidad Autónoma de Sinaloa es, no debe ser señor José de Jesús Lara, es una institución centenaria que promueve la cultura, la academia, la ciencia y la investigación con sentido social, con la responsabilidad de formar profesionistas en las diferentes ramas del saber, capaces de transformar las condiciones de pobreza y marginación de la sociedad sinaloense.

Una Universidad con identidad o un imaginario social con las características señaladas, sólo es posible en un clima donde impere la estabilidad, con un modelo de educación crítica y humanista en pleno goce de su autonomía.

Por tal motivo la injerencia en las tareas y decisiones que competen exclusivamente a los universitarios en activo, al Consejo Universitario, como máximo órgano de deliberación y toma de decisiones de la Universidad, es un atentado a la autonomía, un insulto a la comunidad universitaria.

Es momento de exigir a los ex universitarios que hoy se encuentran fuera de la vida activa de la UAS a que nos permitan ejercer de manera plena nuestros derechos y obligaciones, sin intervenciones; que nos dejen conducir en nuestras propias instancias y responsabilidades el presente y futuro de la Universidad, y no empujen de nuevo a la institución a esa cadena de errores que la sumieron por muchos años en el oscurantismo y la violencia.