Medrano y su gente ¡culpables!

Sobre la Universidad Autónoma de Sinaloa se cierne la amenaza de la SHyCP y la SEP de negarle el financiamiento para el cierre del año 2018 y el presupuesto para el ejercicio del 2019 por el arrastre de un déficit presupuestario de mil 700 millones de pesos, derivado casi en su totalidad del pago de la jubilación dinámica.

Nuestra obligación como universitarios hechos y derechos es estar al lado del Rector Juan Eulogio Guerra y apoyarlo en las gestiones que realiza en el Congreso de la Unión -cámara de diputados y senadores-, la SEPyC, la SEP y en la Subsecretaría de Educación Superior para sacar adelante a la UAS.

No son momentos de grillas perversas ni de ataques desestabilizadores. Lo digo y lo sostengo por la aparición otra vez del ex trabajador de la UAS, Marco Antonio Medrano Palazuelos, quien, con un negro historial a su paso por el sindicato administrativo de la UAS, participa en una nueva conspiración contra la Universidad.

En su aparición pública Medrano falsea datos sobre el desaparecido fideicomiso que daba soporte económico-financiero a la jubilación dinámica y da información adulterada a la prensa.

Los sinaloenses deben saber que meses atrás ya se entregó el recurso de dicho Fideicomiso retenido a la casi totalidad de los trabajadores en activo y jubilados, salvo a quienes en el juicio legal que interpusieron reclaman una “regresión laboral”: que la jubilación en la UAS se dé a los 25 o los 30 años laborados. Bajo ese esquema en la UAS se jubilaron trabajadores a los 43, 45 y 50 años de edad, y eso ya no es posible. Vemos otra vez a Medrano metiendo ruido al desaparecido fideicomiso intentando cobrar “intereses” a su muy peculiar estilo de hacer negocios chuecos.

Si vemos con detenimiento el curso de los últimos “acontecimientos” observaremos un nuevo intento por colapsar a la UAS, al grado de que un reducido grupo de jubilados, liderados por Marco Antonio Medrado Palazuelos, nos está haciendo ver ante la sociedad como faltos de solidaridad con nuestra alma mater, como “saqueadores” del presupuesto universitario y beneficiarlos de un privilegio que habría que cancelarse. A lo que no estamos de acuerdo.

Por otro, esos mismos que arman grillas, pretenden hacer creer a la sociedad que van a “rescatarnos”, cuando en realidad son la causa, los culpables de las desgracias que ha sufrido la Universidad.

Es sencillo entender el problema: en la UAS nosotros como trabajadores recibimos, al jubilarnos, una pensión de la Universidad y otra del IMSS al cumplir 60 años. La de la universidad la llamamos jubilación dinámica.

Cuando se creó la jubilación dinámica como conquista sindical (plasmada en la cláusula 86.8 del Contrato Colectivo de trabajo SUNTUAS-UAS), que algunos morenistas llaman “doble jubilación”, la carga económica para el pago de esta prestación no era muy pesada. La planta de administrativos y académicos era reducida. Hoy es bastante grande. Son ya cerca de 5 mil compañeros los jubilados.

Existen cuatro sistemas de pago de jubilaciones en las Universidades: uno, en las que la universidad es la responsable de cubrir el pago total de la prestación. Son las que no gozan de pensiones en el IMSS ni en el ISSSTE.

Dos, en las que existe una coparticipación. Las universidades aportan una cantidad y otra el IMSS o el ISSSTE completando entre ambas el salario completo como jubilación única para los universitarios en retiro.

Tres, en la que el IMSS o ISSSTE pagan una sola pensión o jubilación y cuatro en la que las instituciones de seguridad social pagan la jubilación o pensión y aparte la universidad cubre la jubilación dinámica.

En abril del 2002 el problema de las pensiones y jubilaciones provocó agudas crisis financieras en las instituciones que cubrían directamente el pago de sus pensiones o jubilaciones, en las de las dobles jubilaciones y las que otorgaban el complemento para que los trabajadores se retiraran con una pensión única de salario completo.

El pasivo creado por los sistemas de pensiones y jubilaciones de 32 universidades fue contabilizado en 250 mil millones de pesos. Dada la situación antes mencionada, la Cámara de Diputados del H Congreso de la Unión, aprobó una provisión presupuestal ese año por mil millones de pesos en apoyo a las universidades para la realización de proyectos tendientes a solucionar o atenuar tal problemática.

Este apoyo presupuestal fue de: mil, 374, 699.3, 400, mil 200, y mil 200 millones de pesos respectivamente para los años 2003 al 2008. El dinero se hacía llegar a través del Fondo de Apoyo a las Reformas Estructurales de las Universidades Públicas Estatales (FAREUPE), siempre y cuando se cubrieran los requisitos de operación establecidos, lo cual implicó adecuaciones a sus Contratos Colectivos de Trabajo.

Desde aquellos años se les pidió a las universidades la creación de fondos de pensiones o fideicomisos o el incremento a las aportaciones si ya contaban con este tipo de instrumentos.

El 2008 la UAS fue sometida a una presión gubernamental: o creaba un fondo o fideicomiso para darle viabilidad al pago de la jubilación dinámica o no se entregarían apoyos adicionales para cubrir esta prestación o se recortaría el presupuesto bajo la advertencia de no tomar dinero destinado a la educación al pago de la jubilación, porque los trabajadores, argumentaron la SHyCP y la SEP ya contaban con la pensión del IMSS y no aportaban ningún recurso para tener otro beneficio.

Fue así como se creó el fideicomiso, entrando también en función nuevas exigencias del gobierno para las universidades: crear nuevos esquemas de jubilaciones y pensiones para las nuevas generaciones: establecer una edad de 65 años mínima y 40 años de trabajo para el retiro. Eliminar prácticas de retiro a los 20 ó 25 años de servicio, crear estímulos a la permanencia como entregar una compensaciones a quienes en lugar de jubilarse sigan

laborando, etc.

La SHyCP y la SEP siguen insistiendo en eliminar las dobles jubilaciones, máxime en las universidades que carezcan de fondos de retiro o fideicomisos de apoyo a las jubilaciones dinámicas.

La UAS ya no tiene el fideicomiso ya que fue “reventado” por un reducido número de jubilados que se negaron a hacer aportaciones a ese fondo, argumentando una y mil barbaridades, lanzando acusaciones a diestra y siniestra; interpusieron un recurso legal y los juzgados consideraron que sus dineros deberían ser regresadas porque se habían descontado sin su consentimiento, pese a que la creación del fideicomiso se realizó con el apoyo de los sindicatos académicos y administrativos.

Como el movimiento para “quitar” el fideicomiso tomó carril de la desestabilización de la UAS, se regresó el recurso retenido y, para desgracia de los trabajadores, sus “asesores” o líderes del movimiento se llevaron a sus bolsillos el 25 o el 50 por ciento de los descuentos regresados argumentando gastos de “gestoría”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador está exigiendo a todas las instancias de gobierno, a los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, a todas las dependencias del gobierno, austeridad, combate a la corrupción y la impunidad y freno a los privilegios.

Una corriente de morenistas puros exige que se acaben las “dobles jubilaciones” en las universidades públicas considerándolas un privilegio y pone como ejemplo la UNAM y el IPN en las cuales los jubilados gozan de una pensión o jubilación única.

Como universitarios consideramos que la jubilación dinámica o doble jubilación no es un privilegio, sino una conquista sindical que permite a cientos y cientos de compañeros retirados llevar una vida digna sin sobresaltos económicos.

El gran problema que afronta el rector Juan Eulogio Guerra será el cómo justificar la solicitud de apoyo para cubrir la jubilación dinámica pues la SHyCP y la SEP piden que para destinar una partida especial para pagar la prestación se cuente con un fondo de retiro o fideicomiso.

No lo hay ya pues ¡lo “tronaron”! Marco Antonio Medrano Palazuelos y los mismos que hacen llamados a “rescatar” a la UAS y ahora miles de trabajadores en retiro están en riesgo de perder su jubilación dinámica y otros podríamos perder la esperanza de recibir esta prestación cuando llegue la hora nuestra jubilación laboral.

Es momento de cerrar filas en torno al rector Juan Eulogio Guerra Liera. En el pago de la jubilación dinámica la UAS destina mil 400 millones o más y el déficit de la Universidad es de mil 700 millones de pesos. Démonos cuenta de la gravedad del problema.