Delito federal inducir a los jóvenes al consumo de bebidas alcohólicas

Qué bueno y positivo es que los profesores de la Universidad Autónoma de Sinaloa dejaron atrás prácticas que dañaban la imagen del alma mater y perjudicaba la salud de los estudiantes. Qué valioso es que no promuevan pachangas con cerveza ni apoyen la celebración de eventos fuera de la Universidad en los que podrían “circular” bebidas embriagantes.

La expresión anterior la hicieron grupos de padres de familia con hijos en preparatorias y escuelas superiores de Culiacán, Guasave, Guamúchil, y otros municipios de Sinaloa, que se reúnen periódicamente y están en constante comunicación para apoyar el Programa Integral de Valores, que desarrolla la Unidad de Bienestar Universitario.

Los padres de familia están interesados en que los profesores apliquen sus conocimientos en bien del alumnado de preparatorias, escuelas y facultades de la UAS y que fomenten la academia, la cultura, la ciencia, la tecnología y los valores.

La UAS del relajo, de la pachanga sin control, aquella en que los maestros fomentaban el consumo de bebidas embriagantes para “controlar” a los estudiantes, para azuzarlos en contra de las autoridades de los planteles, quedó atrás, como parte de la historia de aquella Universidad Fallida que le apostaba a la anarquía y a la anti-academia.

La nueva UAS mantiene una cultura formadora de profesionistas con sentido humano, que tiene como propósito egresar a excelentes preparatorianos, ingenieros, agrónomos, veterinarios, nutriólogos, doctores, abogados, que complementen sus actividades académicas con el desarrollo físico, deportivo, artístico y cultural.

Las nuevas generaciones de universitarios son orientadas a las conductas y principios que enriquecen a la sociedad y permiten aspirar a espacios de mayor convivencia ciudadana. Así, los padres de familia apoyan a la UAS en fomentar el cambio en la celebración de las “novatadas” y fiestas del “Día del Estudiante” privilegiando la sana convivencia, el encuentro cultural, cívico, académico, entre los alumnos, y se impida el ingreso de bebidas embriagantes a todos los planteles educativos.

“La vieja UAS ya no debe regresar”, dijeron. Tampoco se debe permitir – puntualizaron- que los maestros, fuera de las escuelas, organicen “fiestas extras” o extramuros, con estudiantes, en donde se podría cooperar para comprar cerveza o vino o se distribuyan o regalen bebidas embriagantes.

De acuerdo al Código Penal Federal, que se aplica en todo el territorio nacional, quien “oriente” a los jóvenes al consumo de bebidas embriagantes incurre en el delito federal de corrupción de menores.

El Código Penal Federal Precisa: DELITOS CONTRA EL LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD. CAPÍTULO I -Corrupción de Personas Menores de Dieciocho Años de Edad o de Personas que no tienen Capacidad para comprender el Significado del Hecho o de Personas que no tienen Capacidad para Resistirlo:

Artículo 201

Comete el delito de corrupción de menores, quien obligue, induzca, facilite o procure a una o varias personas menores de 18 años de edad o una o varias personas que no tienen capacidad para comprender el significado del hecho o una o varias personas que no tienen capacidad para resistirlo a realizar cualquiera de los siguientes actos: a) Consumo habitual de bebidas alcohólicas; b) Consumo de sustancias tóxicas o al consumo de narcóticos […].

El delito es federal y se castiga con cárcel y fuertes sanciones económicas.

Además, la LEY SOBRE OPERACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE ESTABLECIMIENTOS DESTINADOS A LA PRODUCCIÓN, DISTRIBUCIÓN, VENTA Y CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS DEL ESTADO DE SINALOA prohíbe (artículo 45 –II-), vender o permitir el consumo de bebidas con contenido alcohólico a los menores de 18 años (…) y permitir la entrada a menores de edad donde se venda o se consuma cerveza u otros productos con contenido alcohólico. La ley prohíbe también que se ingrese bebidas embriagantes a los planteles educativos.

La UAS desarrolla un programa de valores entre los estudiantes, personal docente y administrativo, para fomentar el compañerismo, la ética y la moral, con principios educativos sólidos, con punto de partida de las necesidades derivadas de una sociedad que enfrenta graves problemas de tipo social, cultural y ambiental.

Al alumno también se les respalda con programas de tutorías y con asesores de grupo, dado que antes, los maestros, en el ánimo de descargar venganzas personales, odios contra otros maestros, los usaban como “carne de cañón” para “agitar” al interior de los planteles, para que hablaran mal de la institución y sus autoridades.

Los asesores cuentan con un sólido comportamiento, moral y ético, adentro y fuera de las escuelas, y poseen certificados o diplomados en valores. Las normas de ética, determinarán las bases esenciales de su comportamiento y decidirán el valor moral de sus actos como estudiantes y como futuros profesionistas.

El alumno debe preparase no sólo para presentar un examen sino para su vida profesional. Los frutos de la ética son la unidad, la responsabilidad, la calidad de los estudios, el respeto a sus maestros, compañeros, autoridades y personal de apoyo; el respeto y lealtad a la institución. El alumno tiene el deber, conforme al código de ética de la UAS, de respetar la dignidad de cada individuo, maestros, condiscípulos, directivos y personal de la institución.

Qué bien. Qué positivo es entonces que la UAS encamine estos importantes programas en apoyo a la juventud estudiosa. Qué positivo que instruya a los directores de los distintos planteles para que por ningún motivo fomenten eventos donde se favorezca el consumo de bebidas embriagantes.