El negocio de Medrano Palazuelos

Marco Antonio Medrano Palazuelos volvió por sus mentirosos fueros atacando y atacando al rector Juan Eulogio Guerra Liera e intentando manchar la imagen de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Estilo viejo. Ruin. Perverso. Pero ¿Quién es Marco Antonio Medrano para opinar sobre el quehacer de la Universidad Autónoma de Sinaloa?

Es aquel, sí, el inconfundible Medrano, aquel que en la arenga de una falsa “lucha sindical” convirtió su paso por el SUNTUAS Administrativos y el quehacer universitario en un lucrativo negocio personal ¿Cómo entender entonces la posición leguleya de este contrahecho “ líder sindical”, amoral, sin ética, expulsado de la institución al negarse a incorporarse a su plaza de laboratorista? Caramba: entendiendo que Medrano localizó un filón de ingresos externos creando revueltas y pretendiendo desprestigiar a la UAS.

¿De qué cree usted que vive entonces Marco Antonio Medrano? ¿Quién piensa que lo sostiene económicamente? Si el señor no trabaja ¿De dónde come, viste y calza? Le atinó. Dio en el clavo: Marco Antonio Medrano Palazuelos tiene su modus vivendi y operandi en la UAS. Es ahí, en el engaño a los trabajadores, donde tiene montado su lucrativo negocio. Por ese motivo no se quiere ir de la universidad pese a que desde 2010 dejó de trabajar para la institución. Por eso lo ve aquí y allá, grillando, intentando destruir por destruir lo que otros construyen

La realidad es que Medrano Palazuelos no logra sacudirse su trayectoria demagógica y de rapiñaje, del uso de la mentira tras mentira para arrastrar a un reducido grupo de jubilados a la intromisión de la vida interna de la universidad, sembrando la anarquía, intentando él, caricaturescamente, ridículamente, por encima de la autonomía de la Ley Orgánica Universitaria, tomar las decisiones trascendentales en la UAS.

Es gracioso y paradójico: los jubilados regenteados por Medrano se fueron pero no se fueron de la universidad y siguen cobrando el salario íntegro como si fueran trabajadores en activo.

Ese pago es la llamada “jubilación dinámica” o doble pensión (una es la otorgada por el IMSS y la otra por la UAS), apalancada o fortalecida por la figura de Fideicomiso para la Jubilación Dinámica, pero Palazuelos y su pandilla lo “reventaron” porque vieron la oportunidad de agenciarse, cobrar o apropiarse, del 20 y hasta el 30 por ciento de los montos regresados a los trabajadores en activo y jubilados, acopiados en el fideicomiso.

Contante y sonante fue y es ese pago a los despachos jurídicos de Medrano y compañía por los servicios prestados a los trabajadores despistados para acabar con la aportación requerida por la SEP y la SHCP para vía el Fideicomiso extender y garantizar el beneficio de la jubilación dinámica.

Ahora Medrano volvió con un blanco fijo: el rector Juan Eulogio Guerra Liera. Y ya hay indicios de un fuerte financiamiento económico para sostener el ritmo del golpeteo contra la autoridad universitaria.

Pero ¿Hasta dónde llega el peso moral, la estatura de Medrano Palazuelos como para inferir daño público e institucional al rector?

A su paso por la secretaría de Trabajo del SUNTUAS Administrativos, Medrano Palazuelos protagonizó el mayor fraude laboral, al operar el ingreso a la UAS de más de 400 personas sin tener ningún derecho o relación escalafonaria. Amigos, compadres, vecinos o cualquiera que estuviera dispuesto a cubrir la cuota de ingreso, fue merecedor de su propuesta laboral. Otro de sus negocios lo fue la recurrencia a las demandas laborales en la Junta de Conciliación, obviamente canalizadas por la vía de despachos jurídicos afines. Y sigue con ese negocio. Desbaratar el Fideicomiso le dejó varios miles y miles de pesos

También se metió de lleno a la venta de ropa, zapatos, chamarras con los logos oficiales de la UAS, descontados vía nómina y ahora obtiene ingresos por la caja de ahorro de la Asociación de Jubilados apócrifa, en donde presta dinero a sus “representados”, cobrando intereses muy altos y repartiendo las ganancias entre unos cuantos, son otros de sus negocios. Ahora ya hay pleito por los “intereses” generados por la mentada caja de ahorros. Los trabajadores no saben a dónde van a parar sus dineros, pero suponen y suponen bien: Medrano se mueve en una lujosa camioneta Toyota, blanca, cuyo costo es inalcanzable para el trabajador mejor remunerado de la UAS.

Medrano el medrador, años atrás, se autoproclamó comunista, del PCM, para que entienda; luego se dijo miembro de la izquierda, en el PSUM. Después hombre de las mejores causas en el PRD y fue a parar como candidato de Morena; desde el 2010, en el que salió de la UAS por negarse a trabajar, ha usado esas siglas para atacar a la universidad, intentando crecer y hacer creer a los universitarios y a los sinaloenses que él es un demócrata.

Después de militar en todas las izquierdas, fue candidato de Morena a diputado local por el 07 distrito. Los electores le dieron la espalda. Lo derrotaron en las urnas. El colmo, es que en su idea de dañar a la UAS, en donde se mueven lo mismo corrientes del PRI, PRD, PAS y otros partidos, en el último proceso electoral, se sumó al proyecto del PRI, olvidándose del discurso de corrupción que él, a su paso por la izquierda, achacaba a todo aquel que oliera o militara en el PRI.

Como la “grilla” y la revuelta es el negocio de Marco Antonio Medrano, ahora trata de “por su pistolas” y porque los últimos tres rectores de la UAS se oponen a que use la institución como su negocio personal, trata de poner a discusión la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, aprobada por el Congreso del Estado, tan solo porque se habla de que Juan Eulogio Guerra Liera pudiera ser reelecto y Juan Eulogio por supuesto rechaza que Medrano medre de la universidad.

Como si el nuevo Congreso del Estado fuera integrado por orates y no fuera producto de un proceso democrático y mucho menos poder constituido para dictar las leyes, Medrano Palazuelos, apoyado por un grupo externo que lo financia, intenta sacar, como se hizo en el pasado, a los alumnos para que se metan en los asuntos sucesorios de la UAS. Dios agarre confesada a la universidad: ya nadie quiere ni carnes azadas, ni borracheras, ni reparto de dinero a estudiantes, para que “elijan” a sus autoridades.

Es lógico que a Marco Antonio Medrano le inquiete y no le guste el régimen autónomo que rige los destinos de la UAS, porque no únicamente los trabajadores en activo lo mandan al demonio, sino que la nueva norma se opone a sus negocios.

En la cerrada mente de Medrano no cabe la idea de la nueva doctrinaria constitucional que es la de institucionalizar la reelección en la formación de los poderes públicos basada, sobre todo, en los méritos de la experiencia. La UAS es, por su innata naturaleza, una entidad de interés público. No se le puede excluir de un derecho que ejercen otras entidades del Estado. Claro que no.

Pero como no le gusta a Medrano y los negocios se le van de las manos… pues no le queda de otra que agitar… golpear y difamar al rector y a la UAS…