Norzagaray: la disputa y el olvido del pasado

Tiempos han traído tiempos. Los intereses del ex asesor electoral Ernesto Hernández Norzagaray le inhiben la razón: regresar a la UAS a aquel modelo 1993-1997, época rectoral de Rubén Rocha Moya, es estacionarse en el desorden, la violencia y la antiacademia. Quedar atrapado en aquella Universidad en ruinas, grafitera, en la que prevalecía la música loca, la grilla, la greña suelta, el carrujo, y la cerveza en el interior de algunas de las aulas y escuelas de la institución.

Quedar encerrado en el pasado, en aquella UAS de Rocha en la que señoreaba la toma de escuelas y de la Rectoría, convulsionada, por las ambiciones propias de los dirigentes uaseños, por estériles conflictos internos y la “desaparición” de recursos para el pago de los salarios de los administrativos y maestros.

La voz de Rubén Rocha Moya para hablar de un supuesto “rescate” de la UAS no es la más completa. No lo es tampoco la del ex asesor electoral Ernesto Hernández Norzagaray, quien artríticamente circula en dos carriles, apoyando a los abanderados del PRI y a “su candidato” nada  “independiente”, Manuel Clouthier Carrillo.

Este artículo es con el propósito de aclarar mentes y aportar otras rutas de análisis ya que para intentar generar confusión y desconcierto en la UAS, volvió otra vez a la carga Ernesto Hernández Norzagaray, personaje privilegiado por la Universidad que le paga una “jubilación” de más de 40 mil pesos mensuales –le pagan como si fuera trabajador en activo- (en la Universidad se le llama “jubilación dinámica” y en la práctica doble jubilación).

Vuelve a las andadas Norzagaray dando créditos a dichos y hechos por Rubén Rocha Moya, sobre quien ha ejercido presión en sus artículos para que se arroje contra la Universidad y sus autoridades. Rubén Rocha es el candidato al Senado del ex gobernador priista, Jesús Aguilar Padilla, de quien fuera su coordinador de asesores, candidato de Morena no para ganar, sino para atacar a los opositores del PRI.

Le concede valor porque el interés actual del PRI y de los partidos “tradicionales” es penetrar la UAS y usarla para fines personales-electoreros y porque Rubén Rocha usó términos muy despectivos cuando se refirió a Héctor Melesio Cuén, opositor de Mario Zamora Gastélum, candidato del PRI al Senado, de Manuel Clouthier y del propio Rocha.

Como si se le hubiera retrasado el cheque de la “jubilación dinámica” –más de 40 mil pesos de recursos devengados como si trabajara, más la pensión  del IMSS, que no le falla tampoco-, en su artículo dominguero de Noroeste, muy enojado Ernesto Hernández se va contra el rector Juan Eulogio Guerra Liera porque en el IX Encuentro con Sinaloenses radicados en la Ciudad de México “reiteró su convicción de continuar haciendo equipo a favor de la juventud, de la educación, de Sinaloa, del país y de la propia Universidad Autónoma de Sinaloa” y advirtió que “no permitirán que los partidos y coaliciones realicen labor de proselitismo dentro de la institución”.

Ernesto Hernández Norzagaray concede valor también a un señalamiento, ordenado desde las catacumbas del PRI y de Morena contra la UAS pronunciado por el diputado Jesús Rendón Sánchez, quien pretendió sembrar una mala imagen de la universidad, sin mencionar a la UAIS, UAdeO, CAM, UP, Cobaes, Conalep e Icatesin, instituciones apéndices del PRI.

Meses atrás Jesús Baltazar Rendón hizo difundir, en su Facebook personal, su fotografía empuñando un fusil AK-47 conocido como “cuerno de chivo”.

Publicado el retrato del diputado, comentaristas del portal de Noticias en Contraste titularon un artículo que titularon: “¿Diputado narco en MORENA?”. “¿Cuál es el orgullo de ser fotografiado con un arma (sobre todo si eres político)? En redes sociales se difundió la imagen del diputado local de MORENA por Sinaloa, Jesús Baltazar Rendón Sánchez, donde muestra dignamente un AK-47, relacionada principalmente con los grupos del narcotráfico”.

Preguntaron desde el portal Noticias en Contraste: ¿Ese es el ejemplo que busca predicar Rendón Sánchez como funcionario? ¿Qué se puede esperar de alguien que hasta la fecha no ha destacado por algo que haya contribuido para la sociedad? Sin duda el engrosamiento a lo loco de MORENA genera que existan muchas dudas en torno a AMLO y su necedad de querer recibir a todo mundo en su partido.

El legislador reconoció que sí es él quien sale en la fotografía con el “cuerno de chivo”, arma preferida por el crimen organizado. Dijo que se la tomaron cuando estaba en Estados Unidos hace 10 años. Además, señaló que en la Unión Americana no es un delito portar arma siempre y cuando no tenga tiro arriba.

Pese a que el diputado se exhibió con un arma de fuego altamente letal, símbolo de destrucción, y dio el peor ejemplo que se le puede dar a un universitario, el de portar armas de la muerte, Ernesto Hernández Norzagaray no lo criticó; por el contrario, lo tomó como un símbolo de la “democracia” universitaria, tan solo porque atacó por atacar, tan solo porque cumplió una consigna que busca confundir a los universitarios y desestabilizar a la UAS. Aplaudió también, Norzagaray, a Rubén, de quien dijo “los señalamientos del  diputado Rendón Sánchez lo obligaron a salir de su autismo por momentos exasperante”.

Ernesto Hernández Norzagaray culminó su artículo escribiendo: “sé que hay prioridades en una campaña electoral, y habrá quienes digan primero hay que ganar para que empiecen a ocurrir los cambios en este tipo de instituciones públicas….”.

Nada escribió Hernández Norzagaray, para aportar a su “dialéctica electoral”, sobre el pasado de la Universidad. Que la historia electoral de Rubén Rocha está marcada por la traición. En dos ocasiones ha sido candidato a gobernador de Sinaloa, en  1986 postulado por la coalición Movimiento Popular Sinaloense, cruzada en la que usó las corrientes de “izquierda” de la UAS para ayudar al PRI a derrotar a Manuel Clouthier del Rincón, padre de su patrón el candidato no tan “independiente” y dueño de Noroeste, Manuel Clouthier Carrillo.

En 1998 en que montado en los Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México,  ayudó a ganar la gubernatura al priista Juan S. Millán, moviéndose estratégicamente para restarle votos al panista Emilio Goicochea Luna.

En las dos elecciones en las que aparentemente Rubén Rocha «disputó» la gubernatura, la UAS entró en una parálisis académica y administrativa total. De lunes a domingo, semana tras semana, los meses que duraron las campañas, se suspendieron clases, administrativos y maestros salieron a la calle a promocionar la “figura” de Rubén, moviéndose en las zonas que así convenía al PRI para derrotar a los opositores del PAN. A los alumnos se les ofrecía dinero, calificaciones, fiestas y carnes asadas, adentro y afuera de la Universidad. La cerveza corría a raudales entre la comunidad universitaria.

Después faltaba dinero para pagar la nómina universitaria, para cubrir los salarios de los trabajadores administrativos y académicos, no así para privilegiar a Ernesto Hernández Norzagaray, acostumbrado en aquellos tiempos a poner de rodillas a los rectores. En esas jornadas electoreras se metía Norzagaray para cosechar a río revuelto y para gozar después, por el “apoyo” prestado en las elecciones, del presupuesto universitario, para regodearse con gastos pagados, en viajes de placer al extranjero, a España o a otros países, con el pretexto de ir a tomar cursos “de destrucción masiva” o impartiendo conferencias de la amargura.

Quienes conocen a la UAS, su pasado presente y le apuestan a un mejor destino, saben que la campaña anti-UAS proviene de políticos que han mantenido intocable el mismo estado de cosas en Sinaloa y que quieren conservar sus cacicazgos y que consideran a la Universidad como un serio riesgo por ser la productora de una generación de profesionistas con una nueva visión de lo que es la participación social y política extramuros. Universitarios que no están dispuestos a regresar a la universidad del escándalo y la anti-academia.

Esa vieja universidad que añora Ernesto Hernández Norzagaray porque le concedía todo lo que exigía y pobre de aquel rector que le negara una beca, un viaje al extranjero, gastos para dictar sus conferencias….era sometido al infierno de la difamación y la calumnia, materias en las que Norzagaray alcanzó el grado de doctorado.