Alianza de Santamaría y sus “principios”

Hasta Manuel Clouthier lo descalificó

Descalificado por el propio dueño de Noroeste, su patrón, Manuel Clouthier Carrillo, que lo tildó de amanuense del ex gobernador del PRI, Juan S. Millán Lizárraga, Arturo Santamaría Gómez es víctima de la “fiebre” política y de sus “principios”, y repite mentiras -principio nazi-, para intentar “ayudar” al aspirante a candidato “independiente” al Senado de la República, Manuel Clouthier Carrillo. Como si fuera otra de sus novelas ficción, Santamaría recurre al viejo artificio de la “chapodiutada”, teniendo enfrente de él a Clouthier, heredero de la narcobodega de El Palmito, que fuera propiedad de su padre, Manuel Clouthier del Rincón y socios, almacén que en años pasados se localizó repleta de mariguana.

Para efectos de limpiar la imagen de Juan Millán ensuciada por Manuel Clouthier, quien lo ha calificado de corruptor, cabeza o líder de la camarilla mafiosa, Arturo Santamaría escribió el libro “Juan S. Millán. Auge y declive del Maximato en Sinaloa. Memorias y Crítica”, el cual desató la ira de Clouthier.

En Noroeste todos esperaban que Clouthier corriera del diario a Santamaría, pero no lo hizo; le hace falta para que destile mentiras y ataque al PAS, a la UAS y a Cuén y a cuanto personaje aspire a lo mismo que aspira él, el aparente todopoderoso “independiente”.  

Manuel Clouthier se conformó con darle una exhibida a Arturo Santamaría en El Universal y Noroeste. Escribió: “El doctor Arturo Santamaría Gómez nos informa que escribió el libro ‘Juan S. Millán. Auge y declive del Maximato en Sinaloa. Memorias y Crítica’ (…) Desconozco qué motivó al doctor Santamaría a escribir este libro y convertirse en amanuense de Juan Millán, pero a Millán sí lo conozco…es cautivador (…..)”

Arturo Santamaría precisó: “Yo creo que (Juan Millán) es un político de una estatura muy grande, pero yo creo que él, al privilegiar sobre todo en la política el poder, qué bueno, finalmente es lo más importante en la política…”. Clouthier reviró: Juan “es un corrupto, autoritario, antidemocrático, miedoso abusón del poder, represor (…..)”. Ahí, están todavía ambos, Clouthier y Santamaría, en Noroeste, batiéndose en sus propias porquerías.

Es a Santamaría el que corresponde atacar. Lo hace de manera torpe.

Prendido de la “fiebre” política expresa que en la búsqueda de alianzas del gobernador Quirino Ordaz Coppel “no hay visión de Estado. No hay visión de largo plazo”, ofreciendo la lectura de que el mejor orientador de las políticas públicas es él, Santamaría, el “doctorado”, y la mejor opción política la tendrá que decidir él, el amanuense.

No le queda claro a él, por no convenir a sus intereses ni a los de Clouthier, qué proyecto impulsan en Sinaloa, el PRI de Quirino, dice, y el PAS de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Para Santamaría “cualquier observador de la política sinaloense es muy evidente que el PAS carece de una idea bien definida de lo que propone para Sinaloa”. 

Sordo y ciego ante la realidad, Santamaría vive en el entendido de que es él quien califica propuestas y dice cuáles son las ideas bien definidas y cuáles no. La propuesta de la no revocación de mandato, la de la segunda vuelta, el no al cambio de verano, la exigencia del PAS al no pago a la tenencia, los posicionamientos en la tribuna de los diputados pasistas exigiendo mayor empleo, justicia, atención a los desplazados, persecución y castigo a los asesinos de mujeres, mayor seguridad, etc., no tienen valor para un “calenturiento” Arturo Santamaría.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, reza la canción de Joan Manuel Serrat, y el PAS, hace camino, fija su ruta, acciona programas que ofrecen una idea clara que detona el principio de la necesidad de una reingeniería total en todos los órganos de gobierno y en un cambio profundo en las políticas públicas.   

Según Santamaría “es totalmente anómalo, por más pragmático que se pueda ser, que un instituto político busque una alianza electoral un día con un partido, al otro día con otro y al siguiente con otro, cuando esos partidos tienen objetivos políticos, sociales y económicos muy diferentes, a veces radicalmente opuestos entre sí. Un partido de estas características carece de principios”.

En el 2010 Clouthier apoyo la alianza PAN-PRD-Convergencia teniendo objetivos muy diferentes, y Santamaría aplaudió a Clouthier y la alianza.

Insiste: “no se entiende cómo puede el PAS impulsar sus propuestas cuando un día busca la alianza con Morena, al otro con el Frente Ciudadano y al otro con el PRI. Su pragmatismo utilitarista no tiene límites ni escrúpulos. Con tal indefinición no se puede llegar a ninguna tierra firme”: Escribe Santamaría para el gusto de Clouthier que fue diputado del PAN, luego renegó de este partido, y apoyó la campaña de Quirino Ordaz Coppel (PRI-PVEM) en funciones de diputado “independiente”.

No hay nada de anómalo. La alianza electoral es necesaria. Pero no es Cuén el que busca a los actores políticos de otros partidos. Es al revés. Sin el PAS no hay garantía de triunfo para el PRI ni para el Frente ni para otros partidos “nacionales”.

El PAS es un partido político estatal y por ende está inhabilitado jurídica-electoralmente para participar en elecciones federales. Participará, según dijo Cuén Ojeda, con candidatos propios, del PAS, en la elección de candidatos a diputados locales, alcaldes, regidores y síndicos procuradores. Será ese su accionar en las elecciones locales. El Instituto Nacional Electoral no le permite el registro de candidatos a diputados federales ni al Senado de la República.

EL PAS recurrió a todos los tribunales electorales exigiendo por la vía legal la participación y registro de candidatos para la elección del 2018 al Congreso de la Unión. Se le negó ese derecho ¿Por dónde canalizar entonces la participación de los miles y miles de ciudadanos que simpatizan con el PAS? 

No hay en México ni en cualquier país del mundo partidos perfectos. Tampoco candidatos. Nadie, por más Santamaría que sea o parezca, puede vetar el derecho a los pasistas a participar en una elección federal. Tampoco Clouthier les puede vetar o quitar ese derecho.

Tampoco es pragmatismo lo que mueve al PAS y a Cuén. Es la necesidad de participar, ese derecho a participar en la contienda por las diputaciones federales y las Senadurías de la República y por ejercer el derecho al voto en la elección de Presidente de la República.

Encarrilado en sus temores de que el PRI y el PAS vayan en alianza en el 2018, Arturo Santamaría pregunta ¿qué proponen para el Senado, para la Cámara de Diputados? ¿Tendrán puntos en común para el Congreso local y los municipios?

El PAS ya ofreció varias demostraciones de que propondrá lo que la sociedad decida, lo que el pueblo de Sinaloa determine y así lo confirmó al llevar al Senado de la Republica miles y miles de firmas, impulsando iniciativas de revocación de mandato y la segunda vuelta, y el no cambio de horario. El PAS propone llevar a la Cámara de Diputados y al Senado de la República la voz de los sinaloenses, lo que no ha hecho el “independiente” Clouthier, lo que no han hecho los actuales senadores del PRI, PAN y PRD y otros más.

En el ataque, Arturo Santamaría hace uso de las “meras especulaciones”, que usa también su compañero de redacción de Noroeste, Ernesto Hernández Norzagaray, el “caso de la Chapodiputada”, y revela una arista que ya se sabía: “No se olvide que en la campaña electoral de 2016, de manera subrepticia el mismo PRI difundió información”, y sí, sí lo hizo para “reventar” a varias figuras del PAN y del gobierno de Mario López Valdez y para frenar el proyecto Cuén, sin lograrlo, pues las cuentas de la “bola”, del montón, PRI-PAN-PRD-Clouthier y otros partidos, era desaparecer al PAS del escenario estatal y grande fue su sorpresa cuando apareció en las boletas electorales como la segunda fuerza electoral de Sinaloa.

Luego alardea de que “porque Morena, el Frente y Clouthier se los pueden arrebatar”, las posiciones del Senado, aunque de antemano todo mundo sabe que Morena no avanza, que no ha logrado penetrar, mucho menos consolidarse; que el Frente aun no es frente y de que a Clouthier lo único que le sobra es lengua para insultar a sus contrarios y Noroeste para difundir mentiras y difamaciones.

No es Santamaría creíble cuando el propio dueño de Noroeste, Manuel Clouthier Carrillo, lo calificó como un amanuense del ex gobernador del PRI, Juan S. Millán Lizárraga

Amanuense: Persona que tenía por oficio copiar escritos, pasarlos a limpio o escribir al dictado. Escribiente, persona que se dedica profesionalmente a escribir a mano, al dictado o copiando. Se usa especialmente para referirse a los copistas de la Edad Media.

Que vergüenza…