Sinaloa 2018: primeros escenarios

A Héctor Melesio Cuén Ojeda, dirigente del Partido Sinaloense, se le ha acusado de todo -falta que digan que no está bautizado- y se le han puesto expresiones en su boca para enfrentarlo a otros personajes políticos. Es práctica de la perversidad política, pero nada lo detiene.  La alianza PAS-Morena rumbo a las elecciones del año próximo es acariciada por Manuel Andrés López Obrador, con el respaldo de sus más cercanos colaboradores.

Esta virtual alianza es sin duda ganadora. A los 300 mil votos que ha cosechado AMLO en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, y que son sin duda su voto duro, se habrían sumado los más de 300 mil votos del PAS, cantidad suficiente para garantizar el triunfo para el Senado y varias diputaciones federales, locales y alcaldías. Un resultado extraordinario que se daría en caso de la alianza PAS-Morena, a la que no ha renunciado el partido nacional.

Una alianza que si se da amplia el margen de maniobra para el partido local, pese a que Morena carece de estructura territorial en Sinaloa; pero hay otra opción para el PAS, la alianza con el PRI, y que es también una combinación ganadora, pues sumaría, más de 650 mil votos. La presencia de Cuén tiene mucha tela de dónde cortar para el PAS, y por tanto serían varias las posiciones a que podría aspirar, obligado como está a buscar un aliado para participar en una elección federal, con amplios márgenes de triunfo también en las elecciones locales.

Hay una opción más, cuyas posibilidades ganadoras son reales. No es nada complicada pues la presencia y el arrastre de Cuén Ojeda permitiría triunfos para todos: la configuración de la coalición electoral PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que si se da obviamente estaría sellada por una “carta de intención” de trabajar juntos desde ahora y durante los años venideros, para ganar todos, lo que es posible con la fortaleza del PAS y su dirigente estatal.

Con cuadros y dirigentes distinguidos del PAN hay una relación amistosa de Héctor Melesio Cuén, salvo con un personaje con el que hay un sentimiento de desconfianza por los varios desencuentros protagonizados, pero que al final es el que menos cuenta en el blanquiazul porque está reñido con todos, hasta consigo mismo.

Con el PRD hay buena relación, también, salvo con dos o tres personajes, y la desconfianza de que este partido habría de ser penetrado por los “grupos de poder” estatal y hasta por el propio Manuel Clouthier para hacer tronar candidaturas, no para alcanzar triunfos electorales. El pasado pesa como una losa en el comportamiento de los actores políticos perredistas.

El Movimiento Ciudadano es, en Sinaloa, una fuerza marginal que crece con el Partido Sinaloense por un lado y por enfrente. El MC tiene presencia en algunas partes del país, y en Jalisco –si prende la coalición— llevarán mano en la lucha por la gubernatura y con amplias posibilidades de ganarla, dada la fuerte presencia de Enrique Alfaro, figura central de este partido, y con el que el PAS ha mantenido una relación cercana en los últimos tiempos. Con un PAN que camina a la balcanización, un PRD en mínimos y un MC testimonial, los tres necesitan el arrastre del PAS para ganar elecciones en Sinaloa.

Si la coalición PAN-PRD-MC no camina, el PAS tiene la opción también de hacer una alianza “especial” únicamente con el Movimiento Ciudadano –recuérdese que fueron aliados en la elección local de 2016–, ya que necesita un partido de cobertura nacional para participar en las elecciones federales, que sería menos complicada y conflictiva. Desde cualquier alianza o trinchera, incluso con candidaturas independientes Héctor Melesio Cuén Ojeda puede llegar al Senado y hacer triunfar varios diputados federales y locales y algunos munícipes.

Cuén es una figura ganadora. De arrastre…