Difamadores contra Ley Anti-difamación

Temerosos de que la mentira deje de ser un lucrativo negocio, especialistas en difamación y calumnia, muy conocidos en el gremio “periodístico”, pegaron el grito en el cielo –más bien en el infierno- y atacan con todas la insidias que están a su alcance la Ley Anti-difamación, iniciativa presentada por el Partido Sinaloense en el Congreso Local.
Desesperados, los «dueños de la mentira», distorsionan una vez más la verdad y tratan de hacer aparecer una iniciativa o petición de reforma al Código Familiar y al de Procedimientos Familiares, como una iniciativa de reforma al Código Penal de Sinaloa para que se coarte el Derecho a la Libertad de Expresión, cuando se trata de una propuesta de legislación de avanzada para proteger el honor de las personas y la familia contra la difamación y la calumnia.

“¡Es un atentado a la libertad de expresión!”, dicen los calumniadores profesionales, que lo mismo le han servicio a los oligarcas del PRI y del PAN y a los caciques políticos para desacreditar a figuras políticas que no comulgan con los actos de corrupción y los gobiernos de rapiña, como el de Mario López Valdez.

Aunque en otros estados ya existen leyes de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Imagen, que frenan la acción de los “periodistas” difamadores que usan la mentira para extorsionar o desacreditar a quienes no comulguen con el partido político para el que se alquilan, en Sinaloa una simple iniciativa de reforma los volvió a unir para evitar que sea aprobada en el Congreso del Estado.

Los difamadores quieren una sociedad indefensa, jurídica, civil y administrativamente, contra sus tropelías.

Así, otra vez, llamándose adalides de la Libertad de Expresión, de la que han abusado al extremo, los difamadores, conocidos promotores del corrupto gobernador del PAN, Mario López Valdez, y de otros ex gobernadores del PRI, y de personajes que a toda costa quieren seguir medrando de los ayuntamientos y del gobierno del estado, califican la iniciativa familiar, civil, como Ley Mordaza, cuando en realidad se trata de una Ley Anti-Difamación.

Los “periodistas”, que se mueven en lujosos vehículos y viven como millonarios, gracias al producto que le deja la publicación de sus mentiras, ven en la iniciativa de protección a la moral y el honor y la integridad de las familias, una ofensa, una ofensa para ellos, que por años se han dedicado a usar la mentira como arma de sus más nefatos propósitos.

No es casual que entre los detractores de la Ley Anti-difamación se encuentren personajes que durante años y años, meses y meses, se han dedicado a fabricar calumnias contra la UAS y quienes, en un movimiento de avanzada, fuerte, con el apoyo de la sociedad, tratan de expulsar de los cargos públicos -políticos y administrativos- a políticos que tradicionalmente han parasitado del erario público.

Los mentirosos han creado un frente común para “luchar” contra lo que consideran lesivo a sus intereses. En su movimiento se visten de defensores de la Libertad de Expresión cuando la verdad lo que defiendes es su derecho a seguir difamando y calumniando. Los detractores del derecho a defender el honor, la reputación y la familia, han encontrado un fuerte apoyo en los diputados del PAN.

Los legisladores del PAN ya no defiende los derechos al honor, la vida privada y a la propia imagen, ahora se suman al “grito” de los calumniadores y difamadores apoyándolos para que no pierdan su principal fuente de ingresos: la mentira.

A cambio, los panistas quieren que los apoyen con sus mentiras en el proceso electoral del 2018.

Qué vergüenza…