Democracia

El Partido de Acción Nacional arrancó en Sinaloa su proceso democrático de designación de nuevo comité directivo estatal, que acompaña a la lucha por la candidatura presidencial en la que ya están apuntados Margarita Zavala, el todavía gobernador poblano Rafael Moreno y el dirigente nacional blanquiazul Ricardo Anaya Cortés, en medio éste de un duro e incesante golpeteo.

El domingo once de diciembre habrá elección, con 15 mil 240 militantes en condiciones de votar por el candidato de su preferencia; al momento de entregar esta columna estaban debidamente registrados Alejandro Higuera Osuna y Sebastián Zamudio Guzmán.

El presidente de la Comisión Estatal Organizadora del proceso, Luis Roberto Loaiza Garzón, informó que también manifestaron su aspiración Juan Bautista Ordorica Cabrera y Marlene Salcido Bayardo, quienes cuentan ya con los formatos oficiales para el registro y en caso de confirmar tendrán que programar cita antes de que venza el plazo fijado, el miércoles venidero.

El jueves 10 se revisará si los registrados cumplieron con los requisitos de la convocatoria, y a partir del día siguiente comenzarán las campañas, hasta el sábado 10 de diciembre, para llegar al día de la elección, domingo 11, con la instalación de centros de votación en los dieciocho municipios de Sinaloa.

Una elección de voto directo por parte de la militancia, que debe servir como ejemplo al resto de los partidos políticos.

Por supuesto, no faltarán al final los inconformes; pero mayoría siempre será mayoría.

En esta elección hay grupos perfectamente definidos respecto de la lucha por la candidatura a la presidencia de la república; el caso más claro es el de quienes apoyan a “El Diablo” Higuera, muy identificados con las aspiraciones de la señora Zavala de Calderón.

Pendientes.

Cuentas claras

Tocaremos un tema que sin duda provocará uno que otro reclamo y hasta indignación, entre quienes no aceptan que la Universidad Autónoma de Sinaloa tiene hoy cambios radicales a lo que se vivía hace apenas unos años.

La rosalina institución entregó hace días a la Cámara de Diputados federal los estados financieros auditados del ejercicio fiscal 2015-2016, además del reporte de los principales avances académicos y de matrícula auditada.

Qué lejos estamos de los tiempos en que imperaba absurdamente la “autonomía universitaria”; nos tocó ver casos en los que ningún gasto era comprobado. Aunque parezca exagerado: en cuatro años de los rectorados, ni una sola factura o comprobante fiscal; ni una, como se lee.

Actualmente, cada peso y cada centavo que se gastan cuentan con su debida comprobación.
Que la transparencia y la rendición de cuentas son una obligación, dirán algunos con razón.
El asunto es que cuando menos éticamente siempre lo han sido, pero ahora sí se atienden.
Por supuesto, la Auditoría Superior de la Federación revisará al detalle esos estados financieros.

Pendientes, pues.