Triste final de un gobierno; preocupante el inicio de otro

Triste y preocupante el cierre del gobierno de Mario López Valdez, cuando la violencia se recrudece y cuando, en las investigaciones de la PGR sobre el atentado contra el convoy militar, la atención se está dirigiendo a las corporaciones policiacas locales, como probables responsables, ya en acción directa o en complicidad, con los autores de los hechos donde murieron cinco soldados.

Para nada casual que el alcalde de Culiacán Sergio Torres Félix haya salido a deslindar públicamente a la Policía Municipal de la capital sinaloense, precisando que en el día y hora del atentado contra la milicia, la seguridad y vigilancia en ese sector estaba a cargo de la Policía Ministerial que depende del gobierno de López Valdez.

La visita del Presidente Enrique Peña Neto a Mazatlán, donde platicó con los militares heridos y con los familiares de ellos, junto a las varias visitas también del Secretario de la Defensa Nacional General Salvador Cienfuegos, del titular de la Marina Almirante Vidal Francisco Soberón y de la titular de la Procuraduría General de la República, Arely Gómez, confirman el nivel del repudio y condena de la federación a los hechos ocurridos en Culiacán.

La tensión en Sinaloa sigue creciendo cuando la opinión pública vio azorada como el Ejército sitió hace unas horas las oficinas de la Policía Ministerial del Estado.

Digamos que la muy probable corrupción y complicidad de importantes segmentos de las corporaciones locales y hasta del Ejército con la delincuencia organizada de Sinaloa, constituye un secreto a voces entre el ciudadano común y es también una afirmación de quienes hacen análisis del fenómeno del narcotráfico en Sinaloa y en México.

No descartemos entonces que del fenómeno de colusión que se advierte, se deriven consecuencias políticas que podrían afectar a quienes están a punto de concluir su mandato de gobierno en Sinaloa.

Preocupación también y en gran medida debe estar sintiendo el gobernador electo Quirino Ordaz Cóppel. Con qué, cómo y con quiénes se van a enfrentar a partir de enero del 2017 al narcotráfico y al crimen organizado en la entidad, constituyen interrogantes difíciles de responder.

Ordaz Cóppel está pensando seguramente además el cómo va a resolver la crisis económica que afectará a su gobierno, cuando primero el auditor estatal Antonio Vega Gaxiola y luego el diputado federal Manuel Clouthier Carrillo, han desmentido las ‘cuentas alegres’ que presentó el tesorero Armando Villarreal y el propio señor López.

Para Vega Gaxiola y para Clouthier Carrillo, la deuda pública que heredará el señor Ordaz es aproximada a los veinte mil millones de pesos y de éstos, según el auditor superior del estado, nueve mil corresponden a deuda a corto plazo y sin fuente de pago.

Visto así Quirino Ordaz se habría sacado ‘la rifa del tigre’ y difícilmente enfrentará estos problemas si no cuenta con el respaldo del gobierno de Enrique Peña Nieto, que a su vez tiene sus propios y más graves problemas.

Preocupante entonces el qué sigue en Sinaloa en la hora del final del gobierno de Mario López Valdez y desde luego también en el inicio de la administración que encabezará Quirino Ordaz Cóppel.

LAS COSAS QUE PASAN

Bien el Congreso del Estado al rectificar en dos asuntos que ilustraron la novatez de quienes integran la nueva legislatura local.

Bien, reitero, cuando corrigió el error de haber nombrado a un hombre en la Comisión de Equidad, Género y Familia, designando finalmente ahí a la diputada Silvya Treviño, que es la esposa del alcalde mazatleco Carlos Felton.

En nuestra anterior entrega dimos nuestra opinión en torno de la designación ahí del diputado Juan Pablo Yamuni.

Saludable también que hayan ofrecido las mejores condiciones para el trabajo de los reporteros que cubren la actividad legislativa.

Así están las cosas…

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